En relación a los más pequeños con patologías crónicas, como el asma y la celiaquía, es preciso que los maestros conozcan estas enfermedades para saber cómo prevenirlas o manejarlas en el ámbito escolar. El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, y va en aumento. Normalmente se trata de un asma extrínseco, es decir una reacción alérgica por sensibilización a un alergeno identificado que entra por las vías respiratorias, los ojos o la boca, que es inyectado o que puede ser inoculado por la picadura de un insecto. Si se presenta una crisis de asma, lo que se suele hacer es acudir al propio médico del colegio o llevar al niño a un centro sanitario. Se emplean broncodilatadores y antiinflamatorios inhalados, que actúan rápidamente. Un botiquín de urgencias puede controlar una crisis asmática, pero hay que enseñar a no perder la calma, porque un ambiente de estrés pone más nervioso al niño y favorece que la crisis se agrave. También merece especial mención la enfermedad celíaca, una intolerancia permanente al gluten, proteína presente en algunos cereales, como trigo, centeno, cebada y avena. Los padres deben dar aviso de este problema para que las escuelas preparen menús especiales para esos alumnos; pero, aun así y tratándose de niños pequeños, siempre hay que estar atentos para que no tomen el alimento que no deben del plato del compañero, o para que éste no se lo proporcione. Ante un hijo alérgico, a los padres se les recomienda lo siguiente: saber a qué es sensible su hijo; advertir al profesor o tutor, y, en el caso de ser alérgico a ácaros o pólenes, dar a los educadores la información suficiente para que sepan qué deben evitar en un momento dado. Por ejemplo, en la época de polinización, deben saber que correr al aire libre le puede producir una crisis. También han de advertir los padres al colegio si su hijo es alérgico a algún medicamento, para que no se le administre bajo ninguna circunstancia. Nunca se debe dar en la escuela una medicina sin estar seguro de que ese niño no tiene ningún tipo de sensibilización; hay que llamar a los padres previamente.
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