omo en la edición 2000, las empresas brasileñas desembarcaron en Expochacra a través del stand de una manzana que contrató el capítulo agroindustrial de la Asociación Brasileña de Máquinas y Equipos (Abimaq).
La avanzada brasileña llegó con una oferta de sembradoras, pulverizadoras, cosechadoras de maíz para pequeñas explotaciones, maquinaria para la actividad frutihortícola, silos y equipamiento para alimentación del ganado.
El sector de maquinaria agrícola en el país vecino factura unos 350 millones de dólares al año y entre un 10 y un 20% de ese monto corresponde a exportaciones. Shiro Nishimura, presidente de la Cámara Sectorial de Máquinas e Implementos Agrícolas, integrante de Abimaq, explicó que la entidad lleva adelante desde hace dos años un programa para internacionalizar a las fábricas de ese país.
Con ese objetivo, además de la participación en Agrishow, el símil Expochacra en Brasil, que organizan ellos, han participado de ferias agroindustriales en México, Venezuela, Sudáfrica y Argentina.
"Como existe un riesgo Argentina también existe un riesgo Brasil y nosotros queremos diversificar ese riesgo ampliando los mercados de exportación", señaló Nishimura, quien señaló que las aspiraciones de la entidad son de llegar en los próximos años a un porcentaje de empresas exportadoras de entre 25 y 30%.
"Si bien hay fábricas que están muy por encima de ese porcentaje de exportación, hay otras, sobre todo pymes, que recién están buscando la salida al exterior", señaló Rubens Dis de Morais, presidente de la fábrica de sembradoras Jumil.
El empresario sostuvo que, a pesar del "momento particular" que está viviendo la Argentina, las condiciones estructurales favorecen los negocios de uno y otro lado de la frontera. "No venimos a quedarnos en el mercado sino a participar de la expansión de la agricultura en este país, sobre todo compitiendo con productos que acá no se fabrican y se importan desde Estados Unidos o Europa", señaló.
Jumil, por ejemplo, fabrica cosechadoras de cebollas que no existe aquí y está a punto de lanzar Jumil Argentina a través de un representante en la provincia de Salta. "Hay máquinas que los argentinos traen de terceros países y que los brasileños podemos abastecer a precios competitivos y con la ventaja de que estamos más cerca para asegurar los servicios y repuestos", señaló Dias de Morais.
Nishimura aclara: "No entra en nuestros planes la competencia con las fábricas argentinas sino la verdadera integración dentro del Mercosur, más de una de las máquinas que fabricamos llevan piezas argentinas", señala.
La avanzada brasileña en Expochacra incluyó a nueve empresas: Casale, Comil Guarany, Jacto, Jumil, Marchesan y Focking.
La presencia en muestras internacionales se organiza en forma conjunta, lo que implica ahorrar costos, facilitar trámites aduaneros y también una estrategia conjunta de marketing.
"Si va cada empresa por separado se pierde identidad mientras que todos juntos nos presentamos con la marca Brasil, que nos da buenos resultados y atrae a la gente", señaló Nishimura.
En materia de financiamiento, las fábricas brasileñas cuentan con líneas del poderoso Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDS) aunque señalan que para las operaciones en el exterior el trámite no es muy fluido. Además, cuentan con líneas de crédito y sistema de leasing ofrecidos por bancos argentinos.
Para el presidente de la entidad que los agrupa, queda mucho terreno por recorrer a la hora de hacer negocios en conjunto. "Argentina y Brasil tienen un punto muy importante en común que es la agricultura, juntos constituyen el segundo productor mundial de proteínas, y ese es un terreno para trabajar en conjunto", señaló.
| |
La Ciudad
