José M. Petunchi
De antemano mucho se habló de que iba a ser un partido distinto al de Rosario. Parecía que el grupo había asimilado esa idea, sin embargo en la cancha no todos dieron señales de haberlo interpretado de ese modo. Y entonces Central, que había llegado golpeado a Lima, casi se vuelve con un nocaut sobre sus espaldas. Se terminó quedando con un empate, que si bien lo mantiene en carrera para pasar a la siguiente fase, no le permitirá dar ningún paso en falso si quiere conseguir ese objetivo. Es cierto que en el primer tiempo y que en un par de situaciones en el segundo los canallas se pudieron quedar con todo. Pero no es menos cierto que ante un rival limitado como la U, penó más de la cuenta y a punto estuvo de hacer cargar sobre sus espaldas con una mochilla demasiado pesada. Central cumplió a todas luces con el libreto que estableció de antemano. Primero esperó pacientemente lo que hacía su rival, y una vez que entendió la propuesta se decidió a ser protagonista de los primeros 45'. Sin ser suicida claro, tratando de no regalarse en defensa fue armando su esquema. Con una defensa bien parada -contó con el regreso de Canals después de un largo período de ausencia- no pasó sobresaltos, les cortó el circuito en el medio a los peruanos y, de a poco, Vitamina fue haciéndose el eje del fútbol canalla, que esta vez sólo contó con las esporádicas apariciones de Ezequiel, quien tuvo que soportar la pegajosa marca de Fernando Masías. De ese modo, Central fue generando algunas situaciones que tuvieron a maltraer a Ibáñez. Primero Canals se lo perdió tras un centro del Torpedo Arias y en otra opción de riesgo de los rosarinos, Pizzi cabeceó, fue a buscar el rebote y en el contacto sin intención con el arquero se produjo la lesión que motivó la salida de Ibánez (ver aparte). Pese a que también necesitaba ganar, la propuesta de la U distó bastante de la de Central. Pero cuando nada lo hacía suponer, desde un tiro de esquina, Jaime cabeceó y Vitamina, intentando rechazar el envío, mandó la pelota al fondo de la red dejando descolocado a Tombolini. El ingreso de Maldonado por Grondona le dio más velocidad al ataque local en el inicio del complemento. Y en su intento por alcanzar el empate, Central se descubrió atrás y Araujo e Ibarra en dos oportunidades estuvieron a punto de liquidar el pleito. No obstante, Central también tuvo lo suyo. En tres minutos el empate se les negó a Charles Pérez y a Pizzi. La lucha continuaba hasta que Ezequiel se alumbró un rato e hizo una de las apiladas con su sello típico. El juez cobró falta, y terminó clavando en un ángulo el tiro libre. Central llegó a esta ciudad con la intención de empezar a asegurarse el pasaje a la primera fase, sin embargo se vuelve con más dudas que las que tenía antes de llegar a Perú y con una clasificación que ya no parece tan segura como hasta ayer.
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