El seleccionado nacional Sub 17 perdió ayer la gran chance de consagrarse campeón del IX Sudamericano jugado en la ciudad peruana de Arequipa, al perder por 2 a 0 ante Brasil, y de esta manera logró el consuelo del segundo puesto en el campeonato.
Los brasileños ofrecieron la demostración más vistosa y contundente de fútbol ofensivo del torneo frente a su clásico rival sudamericano, que sólo atinó a rendirse ante la superioridad individual y colectiva de los verdeamarelhos.
El talentoso volante Leandro se convirtió en la manija ofensiva de su equipo, con un fútbol de precisión que nutrió constantemente a sus delanteros y buscó siempre el remate de larga distancia para causar zozobra en el arco de Molina.
El conjunto brasileño sumó jugadas claras de gol a los 9, a los 22 y a los 30 minutos, momentos en los que el toque sutil de su equipo causó verdaderos dolores de cabeza a la zaga argentina, que puso todo su esfuerzo pero nunca pudo controlar con solvencia a los atacantes rivales.
En una de esas jugadas, a los 34 minutos, Bruno Morales abrió la cuenta con un remate bajo, después de una gran jugada en el área de Anderson.
A los 42' Argentina se salvó nuevamente tras un remate de Leandro que obligó a Molina a demostrar sus excelentes reflejos y, tras el rebote, Alberoni falló una clara posibilidad para estirar las cifras.
La supremacía brasileña
En el segundo tiempo Brasil siguió haciendo de las suyas, con una gran demostración futbolística que ató las ideas ofensivas del equipo conducido por Hugo Tocalli y lo obligó a defenderse sin miramientos hasta la finalización del partido.
En una de sus esporádicas llegadas, a los 10' del segundo tiempo, un remate de Maximiliano López se estrelló en un defensa brasileño y estuvo a punto de introducirse en el arco de Felipe.
A los 20' el argentino Javier Mascherano, que intentaba conducir los intentos ofensivos de su equipo, fue expulsado por una aparente protesta, lo que elevó la temperatura del partido, ya que ambos cuadros optaron por el juego fuerte.
En otro ataque, a los 33', un cabezazo de Anderson fue salvado por Molina, pero en el siguiente tiro de esquina el arquero falló al salir a cortar un centro, lo que dejó el balón en posesión de Alberoni, que fue trabado por Colace cuando se disponía a anotar.
Finalmente, el penal cobrado por el árbitro uruguayo Olivier Viera y magistralmente ejecutado por Anderson le dio forma a un resultado que pudo haber sido mayor a favor de los brasileños.
De ahí en más, Brasil se dedicó a controlar el balón y aunque no resignó su ataque, sus llegadas no lograron modificar el resultado.
Con esta victoria, los brasileños treparon a su cuarto título sudamericano, que se suma a su condición de bicampeones mundiales. Para Argentina quedó el consuelo del Mundial, al que también accedió Paraguay (ver aparte).