En un combate de altísimo nivel pugilístico y sumamente emotivo, Raúl Pepe Balbi (61,050 kilos) se erigió en retador obligado al título mundial liviano de la AMB luego de superar por nocaut técnico en el décimo round a Alberto Lobo Sicurella (60,2), en el combate de fondo de la velada que tuvo lugar en el Centro Polideportivo Municipal Nº 2 de Caseros. Ante más de tres mil espectadores y en un combate intensamente disputado, Balbi y Sicurella brindaron un espectáculo que hacía mucho tiempo no se registraba en las opacas y aburridas programaciones que cada fin de semana se le entrega al aficionado a este rudo deporte. "Con qué gusto pagué esos diez pesos. Cuánto tiempo hacía que no veía una pelea de este calibre", murmuró al retirarse del predio municipal uno de los tantos testigos de tan excelente combate y cuyas palabras graficaron el nivel superlativo que dejó como saldo la dantesca entrega de estos dos gladiadores, sin dudas los mejores de la división de los 61,200 kilos en el ámbito local. El combate arrojó el resultado que venían anticipando los pronósticos y vaticinios de las distintas encuestas realizadas en el ambiente pugilístico en las semanas previas. La potencia se impuso a la técnica. Sicurella además de ratificar su notable bagaje, luego de soportar estoicamente aquel sexto round en el cual estuvo al borde de la catástrofe con cuenta de protección incluida, consiguió resarcirse de las cenizas para ganar claramente el octavo y noveno round. Aunque sobre el final de este último recibió una izquierda al hígado y una derecha sobre el mentón que lo devolvió sentido al rincón. Sicurella no logró recuperarse y salió al décimo a jugarse a "cara o cruz". Pero el pupilo de Mario Tedesco (Balbi), que había cambiado el aire, lo recibió con un cross de izquierda y un recto de derecha que dejaron al pupilo de la familia Zacarías (Sicurella) sin coordinación. Y al no responder al llamado del árbitro, el internacional Fernando Peyrous, éste decretó -con muy buen criterio- la victoria por nocaut técnico de Raúl Horacio Balbi. Desde ya la definición categórica del combate exime de todo análisis sobre la puntuación del mismo. Pero, visto y considerando la variedad de apreciaciones que se esgrimían al borde del cuadrilátero una vez finalizado el pleito, vale realizar la siguiente aclaración: ya sea por uno o por dos puntos hasta el noveno round, el ganador era Balbi. Pero, tanto aquellos que tenían más de dos unidades para Balbi, como los pocos que tenían como ganador a Sicurella, estaban lejos de la realidad. Balbi había ganado el tercero, cuarto, quinto, sexto (por dos puntos) y séptimo asalto. Mientras que Sicurella se había adjudicado el primero, segundo, octavo y noveno rounds. En resumen, la diferencia en los guarismos era de dos unidades (86-84). Trascendió que dos de los jurados tenían un punto a favor de Balbi en su tarjetas, mientras que el restante tenía empate.
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