Leandro Romagnoli y Sergio Berti fueron los artífices de los pasajes de buen juego que tuvo el clásico de ayer en el Nuevo Gasómetro. El volante de San Lorenzo se transformó en la llave que abrió la cerrada defensa de Huracán en la primera etapa, y si bien en el complemento gravitó menos, sus gambetas constituyeron un problema insoluble para la última línea visitante. Algo muy similar ocurrió en el equipo de parque Patricios con la Bruja Berti, quien pergeñó las combinaciones ofensivas más profundas y como si esto no fuera suficiente mérito convirtió el importante tanto de la igualdad tras una ingeniosa habilitación de Padra. Otros de los que se destacaron fueron el arquero del Globito, Martín Ríos, y el defensor azulgrana Fabricio Coloccini. Ambos con gran jerarquía cumplieron con creces, fundamentalmente el guardavalla visitante, que con sus intervenciones evitó que los de Boedo se quedaran con una victoria en el clásico. Coloccini fue una barrera infranqueable porque se anticipó a los rivales y estuvo muy solvente en los cruces.
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