El cese de los servicios de la empresa Cotal que se inició anteayer a la mañana y se levantó ayer a media tarde convulsionó los barrios por donde las líneas 126, 127, 129, 130, 131, 132, 112 y 147 hacen su recorrido. Los habitantes de Puente Gallego, Tío Rolo, Parque Casado y Ludueña, entre otros barrios afectados, expresaron su indignación ante La Capital por los graves inconvenientes generados a partir de la falta de transporte público. Taxis y remises grupales, bicicleta o directamente caminatas fueron los medios alternativos que encontró la gente para llegar a destino. Incluso afectó las clases. Directivos de distintas escuelas consultadas por este diario revelaron que muchos chicos no pudieron asistir al segundo día de clases por el paro de colectivos. El vecinalista Osvaldo Bracone, de Junín al 2200, calificó al lock out de Cotal como "una irresponsabilidad de empresarios de cuarta y funcionarios municipales de quinta" y reveló que en el barrio Ludueña "la gente tuvo que salir a la búsqueda de algún conocido que los arrime al centro en auto". Ante la ausencia del 112, muchos usuarios usaron al 110, "pero tuvieron que ir colgados de una rueda, porque viene completo", prosiguió Bracone. En Parque Casado fue similar. El vecinalista Miguel Santamaría dijo que "las madres con chicos en edad escolar caminaron unas 10 cuadras, porque no existe un colectivo alternativo que las lleve al colegio" y criticó la resolución municipal de dejar afuera a Cotal de la licitación por el nuevo sistema: "Castigaron a una empresa que siempre ha prestado un buen servicio en el barrio". José Peralta, de la Asociación Vivienda Fonavi, consideró que el paro patronal "causó un desastre" entre los habitantes de los Fonavi, "sobre todo en Grandoli y Gutiérrez". Para este vecino, "el problema no es sólo la medida de fuerza, sino la merma que se siente en el transporte en estos últimos tiempos; esperar un colectivo a veces lleva más de 45 minutos". Hace un tiempo dejó de circular el 162, y se recortó el recorrido de la 145. Desde Tío Rolo, el vecinalista Ramón Lugo bramó: "No tenemos colectivos para ir a trabajar, esto es gravísimo. El servicio ya era pésimo, pero ahora parece que directamente colapsó". A media tarde de ayer comenzó lentamente a restablecerse el servicio de las ocho líneas, pero el fastidio de la gente seguía.
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