Jorge Vogelsanger Madrid. - El momento elegido por ETA para su último atentado seguramente no es una coincidencia. El pasado martes 20 de febrero se dio a conocer que la fecha en que se celebrarán, anticipadamente, elecciones legislativas en el País Vasco, será el 13 de mayo. Hay motivos pues para sospechar que el atentado perpetrado ayer por la organización separatista vasca ETA puede marcar el comienzo de una ola de violencia terrorista con vistas a influir en el resultado en las urnas. "ETA está tratando de crear un clima de terror e intimidación en el pueblo", afirmó un concejal vasco. Y es que las próximas elecciones del gobierno regional vasco no son unas elecciones cualquiera. Las últimas encuestas publicadas señalan que el Partido Nacionalista Vasco (PNV), en el gobierno desde hace 21 años, podría perder su hegemonía en las urnas ante los partidos autonomistas o constitucionalistas. La posibilidad de que las próximas elecciones las ganen los conservadores del Partido Popular (PP) del presidente José María Aznar, y los socialistas del PSE, en una alianza de gobierno, supone un auténtico horror para los separatistas de ETA. Desde su punto de vista, se trata al fin y al cabo de "invasores" que con ayuda de la policía y los militares tienen sometido al pueblo vasco. Pero aún queda un motivo de preocupación añadido. El actual ministro del Interior en el gabinete del presidente Aznar, Jaime Mayor Oreja, podría postularse como candidato a jefe del gobierno vasco ("lehendakari") en las elecciones del 13 de mayo. Este político popular es conocido por la firmeza de su postura en la lucha contra el terrorismo de ETA. Precisamente muchos de los 2,1 millones de habitantes del País Vasco ven en un gobierno no nacionalista la esperanza de poner fin a más de 30 años de violencia en la región. Las acusaciones contra la policía autónoma vasca (Ertzaintza) por hacer la vista gorda durante los enfrentamientos protagonizados por jóvenes que queman autobuses y bancos los fines de semana en el País Vasco, la llamada "kale borroka", van en aumento. Gran parte de la opinión pública vasca piensa que se podría poner fin a este clima de terror cotidiano simplemente si de verdad se persiguiera y castigara a los culpables. Los partidarios de la independencia del País Vasco ya han advertido que si una alianza no nacionalista sube al poder, ETA podría provocar una nueva escalada de violencia. Sin embargo, otros políticos vascos consideran que esta afirmación no es más que un intento de sembrar el pánico. "No podemos ir peor de lo que estamos", afirmó María San Gil, la teniente de alcalde de San Sebastián, miembro del Partido Popular y que desde hace años vive bajo amenaza de muerte por ETA.
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