Unas huellas dactilares que no pertenecen al financista Mariano Perel y a su esposa, Rosa Golodnitzky, fueron descubiertas en un vaso que había en la cabaña de Cariló por los investigadores del caso del doble crimen ocurrido a principios de febrero. Así lo revelaron ayer fuentes vinculadas a la pesquisa, quienes precisaron que la revelación surgió de los estudios que se hicieron en la Asesoría Pericial de la Plata. Pero según se indicó este hecho debe tomarse con cautela, pues ahora habrá que descartar que esas huellas no correspondan a alguno de los policías que estuvo en la escena del crimen y que podría haber tocado ese vaso sin cuidado. De no ser de ninguno de ellos, las huellas podrían pertenecer al supuesto asesino de la pareja. Además, las fuentes aseguraron que se confirmó que el misterioso mensaje hallado en la cabaña de Perel fue impreso en la máquina láser Lexiton C 710 que había en Antfactory. Desde el día del crimen, el domingo 4 de febrero pasado, los investigadores no encuentran la clave del texto que, en inglés, decía: "Soy un gringo colaborador del Citi. Muerto (asesinado) por no pagar el rescate de Antfactory del Citigroup". Precisamente, los expertos de la Policía Judicial están trabajando sobre el servidor que el ex compañero de la víctima, Julio Hardy, trajo desde Antfactory y en donde se habría grabado un archivo que hablaba de un presunto pedido de coimas, por 800 mil pesos, de Perel a un banco norteamericano. Además, aún seguían esperando los resultados de las análisis hechos sobre la máquina el fin de semana antes de su muerte fueron a Estados Unidos, particularmente a Miami: una fue dirigida a las oficinas del banco HSBC, de esa ciudad, y la otra a un estudio de abogados. La expectativa, no obstante, está centrada en los resultados de las pericias forenses, balísticas, histopatológicas, químicas y contables que se hicieron en el caso, y que serán entregadas hoy a la fiscal del caso, María Claudia Castro. Desde el momento del crimen se aseguró que la clave del caso estaba en las operaciones financieras de Perel. Y se vinculó entonces al economista con operaciones de lavado de dinero y tareas de inteligencia para la Side, la CIA y el Mossad.
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