Al opinar sobre el fallo que la Justicia cordobesa emitió en el caso de Celia Steinman, el especialista en derecho de familia Oscar Borgonovo sostuvo que "las leyes penales en los problemas de familia no son muy eficaces". El abogado aclaró que la ley 24.270, sobre la que se basó la condena, fue sancionada en noviembre de 1993 por la gran cantidad de casos donde "era real que había personas que imposibilitaban al otro progenitor la visita a sus hijos". La decisión de intentar una solución penal para estos casos fue comparada por el especialista con aquellos donde el incumplimiento se da respecto de la cuota alimentaria. "Ocurre lo mismo que con la ley de alimentos, sancionada para condenar al incumplidor: la experiencia indica que la solución penal no es la más práctica, sino que se necesita la interdisciplina", afirmó. Desde su punto de vista, la solución pasaría por "sancionar al progenitor con la pérdida de la patria potestad, porque un padre o una madre que no permite a su hijo ver al otro padre no es idóneo, como quiere la ley, y quiebra una de las raíces estructurales del chico, que incluso abarca la familia por parte de ese padre". Aunque a partir de su experiencia profesional Borgonovo opinó que este tipo de situaciones suelen ser generadas tanto por madres como por padres de los niños, admitió que con mayor frecuencia se producen "con mujeres que tienen un sentimiento de propiedad privada sobre el chico y hasta llegan a renunciar a la cuota de alimentos con tal de que el padre desaparezca". Borgonovo admitió incluso como usual que, así como los padres castigan a sus ex mujeres con los alimentos para los hijos, las mujeres castigan a sus ex maridos impidiendo u obstruyendo el contacto con los chicos. "Sobre todo cuando existe una neurosis que pone al niño como un objeto de su propiedad de la que pueden disponer", insistió. Por eso el especialista en derecho de familia opinó que el abordaje de estos casos requiere "el aporte de la interdisciplina y no del derecho penal". "Necesariamente estas situaciones requieren terapia psicológica para la familia, al punto de que muchas veces el chico no quiere ver al padre por la influencia que el otro progenitor tiene sobre él", ejemplificó. "A veces la extorsión llega hasta amenazas del tipo de «si lo ves a tu padre yo me mato»", recordó.
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