Para Sabev, y según las técnicas de la llamada autopsia psicológica que se encargó de realizar con la exploración del entorno de Natalia y las manifestaciones de sus padres, la chica no tenía perfil suicida. "No pude recoger ningún dato que hiciera suponer que la chica estaba depresiva o de que hubiera dado señales de una actitud suicida", comentó. "La madre decía que la nena era un tiro al aire, con salidas propias del padecimiento básico que tenía, pero también dijo que tenía un humor normal, con altibajos como cualquier persona, que iba a los juegos y salía con sus amigas", comentó Sabev. Y descartó la posibilidad del suicidio en un chico con problemas madurativos como era Natalia. "En los 30 años que llevo de médico jamás vi un caso; son jóvenes afectivos y alegres, no elaboran ese tipo de ideas".
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