La Capital
Melincué.- El médico forense del departamento General López, Iván Sabev, quien presenció la autopsia del cadáver de Natalia Fraticelli, reafirmó su hipótesis de que la chica fue estrangulada y sentó una fuerte discrepancia con los fundamentos dados por su par Ulises Cardoso, quien al asegurar que la menor se suicidó generó un cuello de botella en la determinación de la causa de la muerte de la hija del ex juez de Rufino. Para dirimir la cuestión, la Justicia espera la renovación parcial de pericias y la opinión del Cuerpo Forense del Poder Judicial de la Nación.
Luego de que la Cámara de Apelaciones de Rosario planteara que en primera instancia no quedaba clara la existencia del crimen, Cardoso dio a conocer un informe que dictaminaba que la causa de la muerte de Natalia pudo ser la ingesta voluntaria de la droga aminoptilina. Es decir, una acción suicida.
Para Sabev, la hipótesis del suicidio no cierra con el perfil de Natalia, ni puede sostenerse con la dosis de pastillas de Uxen Retard que ingirió, entre otros datos. A Sabev le resulta llamativa la coincidencia entre el dictamen de Cardoso y la estrategia de las defensas de Carlos Fraticelli y Graciela Dieser, ambos procesados por la muerte de su hija. "Hay una rara casualidad", dijo. Y recordó que el perito de parte que intervino en la junta psiquiátrica realizada a Dieser dio en su momento un informe en disidencia diciendo que la muerte de Natalia se trataba de un suicidio.
"Después de varios meses Cardoso llega a la misma conclusión, es mucha coincidencia", dijo Sabev, quien acotó que no sabe cómo interpretar ese dictamen. "No se si es el informe de un funcionario judicial o de un perito de parte" disparó el forense, que fue el tercer médico en llegar a la casa de San Juan 340, a las 14 del 20 de mayo del año pasado, cuando la noticia de que la hija del entonces juez Fraticelli había aparecido asesinada en su cama, con una bolsa y las manos atadas.
De la autopsia al homicidio
Cuando concluyó la autopsia de la que participó, dice Sabev, quedó instalada la idea de que se trataba de un homicidio, hipótesis que luego fue ratificada por los exámenes anatomopatológicos que realizó la doctora Marcela González García. "Los análisis macro y microscópicos tuvieron su correlato", explicó Sabev.
Según el profesional, Cardoso le confiere una importancia fundamental a la fase cianótica o morada que se conoce como máscara de Morestein, un signo que se describe en los casos de asfixia a lazo o manual. "Esta fase se da en muchos casos, pero no es condición indispensable para comprobar el homicidio", precisó Saveb.
Además, dijo que existen tres patrones para aplicar en los casos de quienes mueren estrangulados o ahorcados. El primero provoca la clásica máscara cianótica y se da cuando la compresión sobre el cuello compromete a las vías respiratorias; el segundo caso, que también se ve con frecuencia, es la llamada fase pálida y se da por la compresión sobreaguda de las arterias caróticas, lo que primero produce una crisis cerebral y luego afecta a las vías respiratorias.
Hay un tercer patrón que se da en los casos de comprensión prolongada de los senos carotídeos, lo que produce una inhibición cardíaca súbita. En este caso tampoco se produce la máscara cianótica, explicó Saveb. Además, dijo que se puede agregar un cuarto patrón que combinaría lo descripto en el segundo y tercer modelo.
Otro de los puntos cuestionados a la hora de definir la causa de la muerte de Natalia es la ruptura del hueso hioides. Al respecto, Sabev dijo que no es una condición necesaria para diagnosticar un estrangulamiento y, desde su experiencia, citó varios casos de personas ahorcadas que no presentaban tal lesión.
Acerca de la ausencia de marcas alrededor del cuello de la nena, que deberían estar presentes como resultado de la presión manual sobre una piel frágil, Sabev dijo que el tema merece ser analizado, ya que puede suceder que si se interpone algún objeto muelle, se puede comprimir el cuello sin dejar marca. "A mi criterio esto se puede dar con una bufanda o una bolsa de nailon", comentó. Precisamente, una bolsa de nailon y un pañuelo fueron hallados junto al cuerpo de la nena.
El forense acotó que, extrapolando conceptos, el hecho de tratar de no dejar marcas en el cuello equivale a usar un silenciador en un arma.
En la escena del hecho
Sabev fue el tercer médico en llegar a la casa de los Fraticelli para realizar el levantamiento del cadáver. Lo habían antecedido los médicos Hugo Costa y Juan Carlos Maggi. Poco más tarde llegó Ulises Cardoso, quien arribó con los peritos criminalísticos de la Unidad Regional II de Rosario.
Entonces, el forense vio a Natalia "de cúbito dorsal, un poco inclinada, y tenía un hongo de espuma en la nariz, que es un signo que suele observarse con frecuencia en las personas que mueren estranguladas o ahorcadas", relató.
Como médico de los tribunales de Venado Tuerto, Sabev debía realizar la autopsia en la morgue de Rufino, pero fue el juez Víctor Pautasso, que estaba a cargo de la instrucción del hecho, quien le sugirió a idea de trasladar el cadáver al Instituto Médico Legal de Rosario. "Me pareció una buena idea, así que viajé a esa ciudad y participé de la autopsia que realizaron Luis Petinari y sus ayudantes. También estuvieron presentes el médico Manuel Bruschman, de Rufino, el comisario Jerez y otros policías", relató.
La autopsia comenzó con el relevamiento exterior del cadáver y no se encontraron signos de violencia, pero cuando se hizo la apertura del tórax, "nos encontramos con la sorpresa de que en los músculos anteriores y prevertebrales, y toda la región retro lingual, faringea y laringea, había una equimosis por hematomas internos generalizada", comentó Saveb.
"Era muy llamativo y muy claro al examen macroscópico, eso está documentado con fotografías y filmaciones; todos estos signos tuvieron un franco correlato en lo que se encontró en los bronquios y pulmones, ya que el hongo de espuma con hilachas sanguinolentas que había en la nariz proseguía a manera casi de bloque por la laringe, la tráquea y los pulmones", recordó el forense.
Siempre en términos macroscópicos, lo encontrado en los bronquios y pulmones de Natalia resultó compatible con una muerte por asfixia, presuntivamente se trataba de un caso de estrangulamiento manual.
Posteriormente, "el examen anátomo histopatológico confirmó dichas presunciones" dijo Saveb. Además "se determinó que en sus vísceras había pastillas de Uxen Retard, pero en dosis bajas, entre una o dos cápsulas" agregó el médico. Sobre esa droga, Saveb dijo que "tiene efectos estimulantes en pacientes depresivos, pero en el caso de Natalia, que padecía de disrritmia cerebral con un retraso madurativo en un fondo epiléptico, a dosis alta, puede ocasionar convulsiones, acompañadas por lesiones cerebrales, que no existieron en este caso".