Virginio Ottone, Domingo Polichiso, el padre Agustín Bullian, Leonildo Foresto, son algunos de los vecinos que quedaron en la historia de Empalme Graneros por su trabajo barrial. Una calle (la ex Gambetta) lleva el nombre del primero, el segundo fue declarado ciudadano ilustre, del sacerdote nadie se olvida y don Foresto sigue laburando para la vecinal. Leonildo fue uno de los creadores del movimiento Numaín (Nunca Más Inundaciones), anduvo con el agua hasta el cuello, peleó por la presa y varias veces tuvo que empezar de nuevo con su tienda. Con sus 76 años es un referente del vecinalismo rosarino, lucha por las cuestiones del barrio y hace mérito de su mayor virtud: la solidaridad. Por eso, además de vecinalista, es el presidente de la Asociación por la Lucha del Mal de Alzheimer (Alma) y forma parte de la red solidaria de Chañear Ladeado, su pueblo natal. "Voy a seguir peleando hasta que me muera, si me sacan todo esto (por sus ocupaciones) seguro que me muero", dice con una sonrisa a flor de piel.
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