Con un presupuesto de 80 millones de dólares, "Hannibal" recaudó 58 millones en sus primeros tres días de exhibición en Estados Unidos y Canadá. La película obtuvo críticas tibias y muchos cuestionaron su alta dosis de violencia gratuita. La preproducción también tuvo que sortear varios problemas. Anthony Hopkins aceptó gustoso participar de la secuela de "El silencio de los inocentes", pero a cambio de un salario de 10 millones de dólares y de un porcentaje en los beneficios de la taquilla. Con Jodie Foster no hubo caso. Descontenta con el controvertido final del libro (un extraño happy end en el que Lecter y Starling se enamoran y viven felices), pidió que se redactara un nuevo guión. Stece Zaillian (ganador de un Oscar por "La lista de Schindler") rehizo el libreto que había escrito David Mamet, pero todo dio lo mismo, porque la actriz terminó abandonando el proyecto para dirigir "Flora Plum". Se barajaron muchos nombres para reemplazarla: Cate Blanchett, Gilliam Anderson, Angelina Jolie, Hillary Swank y Calista Flockhart. Finalmente el papel se lo quedó Julianne Moore, nominada al Oscar por "Noches de placer" y "El ocaso de un amor". La pelirroja dijo no estar preocupada por las inevitables comparaciones. "Jodie hizo una gran interpretación, pero esta película es diferente. Starling era todavía una estudiante en la primera parte. Ahora es una veterana que lleva diez años en el FBI. Así que el punto de partida para interpretar el personaje es muy distinto. Es una persona diferente, en otro momento de su vida". Anthony Hopkins decidió mantenerse al margen entre tantas contramarchas y rumores de reemplazo. "No me da lo mismo quién trabaja conmigo, pero mi personalidad no tiene nada que ver con la necesidad de controlar las cosas -dijo el protagonista-. Yo soy solamente un actor y actuar es lo mejor que sé hacer. Nunca me involucro en la parte política. No me interesa el control. Hago el trabajo por el que me pagan y doy lo mejor de mi en el set. Eso es todo lo que le debo al estudio y a la audiencia".
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