Si bien se sostiene que el financista era un agente de la CIA y que también había trabajado para la Side y el Mossad, hasta ahora nadie se atrevió a confirmarlo. El ex jefe de la DEA en Buenos Aires, el agente especial Abel Reynoso, dio una escalofriante visión sobre el crimen: "Si llegan a tirar del hilo se puede caer medio país. Y no me extrañaría que haya más muertos". Según dijo, el crimen "es un claro mensaje mafioso y esconde intereses tenebrosos" porque "este hombre manejaba información importante que afectaba a alguien poderoso". Incluso, las distintas versiones han tejido vínculos de Perel tanto con el menemismo como con la Alianza. Pero hasta ahora los círculos de poder de la Argentina se han manejado en puntas de pie frente al caso: tanto el gobierno nacional como la administración bonaerense se han limitado a garantizar su apoyo a la justicia de Dolores, que lleva adelante el caso, y a esperar las conclusiones de la investigación. Todavía es muy difícil esclarecer quiénes eran los enemigos de Perel porque cada nuevo elemento que aparece tiende a oscurecer más su historia. Y hasta el FBI ya está trabajando en las implicancias que habrían motivado el doble homicidio. "Lo que pasa es que Mariano era una mano izquierda perfecta para cualquiera", dicen sus conocidos porque -sostienen- Perel se sabía mover con astucia en el manejo turbio de dinero.
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