Los investigadores evalúan pedir una segunda autopsia a los cadáveres de Isidoro Mariano Lozanovscky Perel y su esposa, la psicóloga Rosa Berta Golodnitzky, ante las dudas que, a una semana del inicio de la causa, persisten sobre las circunstancias de la muerte del matrimonio, informaron anoche allegados al caso.
Las hipótesis son dos: un doble homicidio o un asesinato seguido de suicidio. La primera está ligada a una posible venganza por las actividades que desarrollaba el ejecutivo y la segunda se orienta a un plan orquestado por Perel para hacer aparecer una decisión personal como un acto criminal cometido por un tercero con fines aún no establecidos.
Hasta ahora la fiscalía mantiene caratulado el caso como doble homicidio, tal como indica la autopsia realizada por los peritos a horas del hallazgo de los cadáveres en la morgue judicial de Pinamar.
Pero el estudio de los cuerpos, la prueba fundamental hasta el momento, es permanente materia de análisis de la fiscal del caso, María Claudia Castro, quien todavía no cuenta con los estudios balísticos, los dermotest y los análisis histopatológicos que le aporten mayor certeza a la hora de establecer quién hizo los disparos mortales.
Ayer estuvieron en los Tribunales de Dolores un perito forense y un criminalístico, quienes asesoraron a Castro y le aconsejaron solicitar nuevos puntos de pericia ampliatorios para determinar exactamente la mecánica de las muertes.
Fuentes de la investigación informaron que en las últimas horas Castro citó a declarar a los forenses para pedir que le expliquen el motivo por el cual ellos llegaron a concluir textualmente en el informe que se trató de un doble homicidio.
Es que, según los voceros, no es usual que los peritos agreguen conclusiones a sus informes técnicos ya que, una vez incorporadas a la causa, orientan la pesquisa hacia una determinada hipótesis.
A una semana del episodio, parte de los pesquisas sospechan que Perel mató a su mujer y luego se suicidó, aunque armó el escenario para que los investigadores creyeran que se trató de un doble crimen.
Lo que se intentaba determinar es si existe un motivo o interés económico o de cualquier otro tipo que pudiera haber llevado a Perel a tomar esa determinación.
Otro sector de los investigadores, en cambio, es fiel al resultado de la autopsia y cree que la muerte de Perel encierra una historia de corrupción, espionaje, deudas y lavado de dinero.
Allegados a la causa aseguraron que se investiga con mucho interés cuál era la actividad de la empresa para la que trabajaba Perel, Antfactory American Latin.
Los mismos voceros dijeron que pedirán nuevas declaraciones para determinar si la firma se dedicaba a dirigir inversiones en Internet o si en realidad era una pantalla de mesas de dinero que canalizaban grandes sumas de origen incierto.
Dos cartas misteriosas
Fuentes muy vinculadas a la causa informaron que días antes de viajar a Cariló, Perel le entregó a su secretario y hombre de íntima confianza, José Luis Dafte, dos cartas para que enviara en su ausencia: una tenía como destino la ciudad de Miami y otra algún punto de la Argentina.
La fiscal Castro ordenó diversas diligencias para rastrear a los receptores de las cartas e intentar determinar qué tipo de mensajes envió el ejecutivo pocas horas antes de morir, agregaron los voceros .