La madre de Natalia, visiblemente conmovida, dijo que "mis hijos me sostienen. Tengo una criatura de seis años a la que debo darle la misma alegría de antes y se lo merece como se lo mereció Natalia". Consultada sobre los próximos pasos que lleven al esclarecimiento del crimen, la mujer expresó que "el dolor no tiene fin, es como un pozo que no acaba nunca, pero esta lucha continuará así, en la calle, pidiendo justicia", y advirtió que los culpables del crimen "tienen que pagar su condena". Mientras turistas y peatones observaban el paso de la marcha, los negocios de la peatonal se mantuvieron cerrados y con sus luces apagadas en señal de adhesión. Desde hace dos días los boliches de Miramar tampoco abren sus puertas. Se trata de unas cuatro cuadras en las que se distribuyen unos seis locales bailables adonde concurren los jóvenes de la zona. Por su parte, la jefa de la comisaría de Miramar, Delia Inés Fiel, aseguró ayer que los investigadores del crimen "estamos todos a la búsqueda de encontrar" al principal sospechoso del homicidio, Gustavo Fernández, y vaticinó que "vamos a tener novedades en cualquier momento". Dijo desconocer la versión que sindica a Fernández, prófugo desde hace dos días, como informante de la policía de Miramar. De todas maneras, insistió en que "no voy a tener ningún problema en hacer lo que tenga que hacer, soy totalmente ajena a lo que es la relación del personal, a lo que han hecho, y de aquí en más me tengo que guiar por lo que sé y por lo que me sugiera la fiscalía", afirmó. Por otra parte, la ex titular de la comisaría novena de Playa Grande, Mar del Plata, consideró que "por el hecho de ser mujer estamos guiadas por un sentido que nos hace ir un poco más allá. Indudablemente que como mujer se siente y se piensa distinto. Todos condenamos un hecho de estos, pero realmente el sentir poder ser madre también significa que si le pasó a esa chica le puede pasar a cualquier mujer", añadió.
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