San Martín de los Andes, la villa turística neuquina, fue la tierra en la que se afincaron los primeros tehuelches que se atrevieron a cruzar los Andes desde Chile y a convertirse en mapuches, "gente detrás de la montaña". Ese paraíso junto al lago Lacar también deslumbró al jefe militar Rudecindo Roca, que ordenó fundarla en 1898, tras la última batalla de la cruenta Conquista del Desierto.
San Martín sigue siendo una ciudad entre bosques de ñires y coihues, raulíes, lengas y maitenes, donde viven 25.000 personas, entre nativos y llegados de otros sitios, que transitan sosegadamente las calles de la ciudad, ya despojados de urgencias. Los sanmartinenses quieren conservar la calidad de la vida que eligieron, junto a ríos y lagos de aguas cristalinas y a bosques milenarios. Para ellos es de todos los días salir en bicicleta por el camino de los Siete Lagos, pedalear hasta alguna playita para nadar y disfrutar de luz natural hasta las 10 de la noche.
Destino de verano
"San Martín de los Andes ya está impuesta como un destino de verano, un tránsito que no fue fácil porque también es importante centro de esquí. El verano pasado, de unos 10.000 turistas, batimos el récord de acampantes con 5.000, que plantaron sus carpas junto a nuestros lagos, familias de buen poder adquisitivo que llegaban en camionetas todo terreno", dice Raúl Miguel, secretario municipal de Turismo de la villa.
Hasta que la gente descubrió el San Martín de los Andes del verano, la imagen de la villa era una postal nívea. Pero debajo del manto blanco había valles y prados para cabalgar, o simplemente para caminar y cargarse con la energía del sol.
El verano también descubrió que en los impetuosos ríos de montaña, como el Aluminé y el Hua Hum, se puede flotar en gomones neumáticos, y apareció el rafting de sensaciones intensas.
Los pescadores ya sabían cómo era la estación estival en este lugar de la tierra, pero era un secreto que guardaban celosamente. Ahora, mientras practican trolling en las orillas del Lolog, es frecuente que se encuentren con los que persiguen aves con cámaras fotográficas y filmadoras.
Miguel indica que para esta temporada de verano se trabajó sobre cuatro ejes principales. "El que más beneficia a los turistas es la rebaja del 40 por ciento sobre los combustibles, un acuerdo con todas las estaciones e servicio", señala el funcionario.
"Además -asegura- las tarifas nos permiten competir con otros destinos nacionales y con las ofertas internacionales. Las 7 noches, con aéreo, alojamiento en hoteles 3 estrellas y desayuno, oscila entre 350 y 400 pesos por persona".
Los otros ejes son la promoción del excelente clima de verano, el sol y las aguas templadas de los lagos. Una gran atracción, las excursiones que se realizan al pie del cerro Chapelco, donde se combinan cabalgatas, arquería y natación en una piscina climatizada a 1.600 metros de altura.
El intendente de la villa, Sergio Schroh, confirma que el destino cuenta con 25.000 habitantes y 6.700 camas en hoteles, hosterías y cabañas.
Durante los restantes viernes, sábados y domingos de febrero y en la primera quincena del mes próximo se realizarán espectáculos nocturnos gratuitos en la plaza San Martín, con la actuación de conjuntos de rock, jazz y folclore.
"Además -agrega Miguel- ya se confirmó para octubre próximo la segunda edición del Festival de Jazz Internacional, junto al lago Lacar, una movida que desde septiembre, un mes antes, irá creando buen ambiente con la llegada de bandas de rock nacional".
Para el 2001 Miguel pide dos cosas: que el festival internacional se promocione en Aspen, la meca del esquí en Estados Unidos, como ya acordó con el secretario de Turismo Hernán Lombardi (esto ya es un hecho), y que lleguen muchos visitantes, que pueden informarse en [email protected] de todos los detalles que les interesen.
Los visitantes tendrán que elegir entre "alojarse en un 5 estrellas o bajo 5.000 estrellas", según el saludo final del funcionario, que así alude al diáfano cielo nocturno de la villa.
La Ciudad
