El seleccionado argentino igualó ayer en un tanto con su par de Paraguay y se consagró subcampeón del torneo Sudamericano Sub 20, que se disputa en Ecuador. De este modo, el seleccionado brasileño se consagró campeón por octava vez en su historia en un Sudamericano para menores de 20 años, sin haber jugado su último partido de la ronda final frente a Ecuador. Paraguay hizo pie firme en la primera parte, ya que con muy poco fue superior a un tímido equipo argentino, que volvió a carecer de ideas para vulnerar a la defensa rival, al abusar en demasía de los centros. En la segunda parte, el conjunto guaraní se replegó y Argentina tomó la iniciativa a través del ingresado Mauro Rosales (reemplazó a un agotado Christian Giménez), quien le dio una mayor profundidad al equipo y le quitó la responsabilidad de creación a Domínguez. El déficit ofensivo en la primera parte pareció ser consecuencia de la ubicación del puntero de Quilmes, quien volvió, a pedido de José Pekerman, a disfrazarse de enganche y debió retrasarse mucho para tomar contacto con la pelota, que casi nunca llegó a sus pies. En tanto, los delanteros quedaron ahogados entre los defensores paraguayos, especialmente Mauro Obolo, quien mostró todo su repertorio de limitaciones. Para colmo, Paraguay tuvo el control de la pelota y explotó a la perfección el sector izquierdo argentino, desbordando una y otra vez a Matías Lequi. Pero los guaraníes tampoco fueron muy profundos a la hora de atacar y sólo tuvieron dos ocasiones claras para anotar durante todo el partido. La primera, a los 3', cuando tras un rechazo fallido de Caballero, Salgado cabeceó apenas desviado desde el punto penal. Y en la segunda no perdonaron, ya que a los 30' Julio González se escapó por derecha, dejó en el camino a Lequi y a Mauro Cetto, y cuando se le terminaba la cancha definió cruzado, casi sin ángulo, ante la desesperada salida de Caballero. La única llegada de Argentina por entonces fue a través de Obolo, que definió mal. El segundo período careció de llegadas claras, porque Paraguay apostó a un juego muy mezquino, con un Julio González como único delantero, mientras Argentina se dedicó a lanzar centros que casi siempre morían en las manos de Barreto. Sin embargo, uno de esos envíos fue aprovechado por Domínguez, quien de cabeza y con suspenso superó a Barreto, que sacó la pelota de adentro del arco, luego de que pegara en el travesaño y picara medio metro detrás de la línea. El árbitro uruguayo Jorge Larrionda convalidó el tanto a instancias del asistente y los paraguayos protestaron airadamente, lo que derivó en la expulsión del defensor Felipe Giménez. En los últimos cinco minutos, Argentina buscó el triunfo, pero no pudo, ya que siguió insistiendo con la ineficaz fórmula de tirar centros. El equipo argentino asumió este Sudamericano con el máximo de "seriedad" posible, tal como sugirió su entrenador José Pekerman, y obtuvo el segundo puesto, dentro de un contexto en el que la mayoría de los equipos no logró sostener una elogiable regularidad.
| |