Año CXXXIV
 Nº 49.011
Rosario,
domingo  28 de
enero de 2001
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Conductor de ilusiones
Gonzalo Albarracín confía en Los Pumas

Pablo F. Mihal

Cuando Los Pumas salen a la cancha en Mar del Plata la gente se encuentra con un buen equipo, con jugadores que todos los seguidores del rugby conocen desde hace tiempo, que juegan muy bien al seven ya sea en Argentina o en cualquier parte del mundo y que en cada jugada despiertan toda la pasión, porque sencillamente, la gente percibe que dejan todo. Se brindan por entero a una modalidad que cada vez suma más adeptos.
Pero mientras Los Pumas desarrollan su juego dentro del perímetro de juego del estadio José María Minella, fuera de las líneas de cal Gonzalo Albarracín, su técnico, juega su propio partido casi con la misma intensidad que sus hombres. Y en ese trajín intenta no perderse ningún detalle. Se para, hace correcciones, se sienta. No para hasta que el árbitro pita el final y una aparente calma vuelve a reinar en torno a su figura.
Fue entonces cuando el platense, que se hizo cargo de los seleccionados de seven a side hace aproximadamente cinco años y que ahora enfrenta este Mundial, su máximo desafío en el proceso junto al rosarino Ricardo Paganini, dialogó con Ovación.
"La prioridad era clasificarse entre los ocho primeros, algo que no se logró en ninguno de los dos mundiales anteriores (1993 y 1997) y ahora que llegamos a esa instancia seguramente vamos a querer ganarle a Sudáfrica y pasar a las semifinales donde encontraremos probablemente a Nueva Zelanda en el camino, un rival que sabemos es muy difícil pero lo vamos a intentar", resumió Nicha (tal como se lo conoce en el entorno de la ovalada) para dar una idea cabal de dónde hizo foco el plantel argentino.
"Argentina cuenta con jugadores de nivel y de una capacidad amplia para poder pensar en ganar. A Fidji, que teóricamente esta un escalón por encima nuestro le jugamos de igual a igual", completó el técnico.
-Arrancaron con un triunfo contundente y ahora tienen la posibilidad de estar entre los ocho primeros, ¿eso lo alegra?
-Sí, Los Pumas arrancaron bien y ganaron con claridad el primer partido. En un seven siempre el primer partido es el más difícil porque querés hacer todo en la cancha. Ni bien entrás en un espacio tan grande sólo para siete jugadores se producen los ahogos y muchas veces los nervios te pueden jugar en contra, sin embargo el arranque fue bueno. Abrieron la cancha, hicieron redobles, cruces y mostraron esa calidad individual que tiene cada jugador argentino.
-Que se juegue en Mar del Plata, para los jugadores ¿es una motivación o una presión extra? ¿Cómo lo vivieron estos días?
-Lo vivieron bien. Para hacerlo en esta época no hay mejor lugar que Mar del Plata. Un balneario donde viene gente de rugby y gente que no lo es. Gracias a ello se llena el estadio.
-Los Pumas mostraron un buen juego colectivo y además algunas variantes que surgen de lo individual, uno de los fuertes que tiene este equipo.
-Eso es bueno. Hicimos cambios pero lejos de resentirse, el equipo cada vez está jugando mejor.
-¿Cuál es la importancia de esta Copa del Mundo de Seven para el rugby argentino?
-Es un torneo muy importante y es un honor que le hayan dado a la Argentina la posibilidad de organizar un Mundial de seven. Hay que tener en cuenta que la organización de los mundiales es muy disputada entre las potencias y Argentina luchó y la consiguió. En esta especialidad Argentina tiene la jerarquía necesaria que bastó para que nos puedan dar la posibilidad de ser locales.



"El equipo está jugando cada vez mejor".
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