Su fobia mediática no implica rechazo hacia el calor popular. "Por ahí no parezco muy expresivo, pero me gusta que la gente me aliente o me pida autógrafos", dice, intentando desligarse de esa aparente insensibilidad ante los medios. -¿Qué recordás de las inferiores de Argentinos Juniors? -Muchas cosas, me fui a los 16 años desde Villa Constitución, pero antes me había probado en Central. Lo que pasa es que en ese momento no querían pagarme la pensión y decidí irme a Argentinos Juniors. -El juego del destino unos años más tarde te hizo regresar a Central. -Sí, les salió un poquito más caro porque me tuvieron que comprar (risas). -¿Es cierto que las inferiores de Argentinos son las mejores del país? -Sí, aunque ahora no está pasando por un buen momento porque los chicos debutan en primera con 16 o 17 años y no tienen tiempo de madurar. Entonces, todo el buen trabajo que se realiza en las inferiores no se nota porque enseguida se los venden a otras instituciones. -¿Qué jugador de la camada tuya no llegó a despegar? -Más allá de que haya jugado en varios equipos de primera, creo que el Pinito Mas todavía no llegó a demostrar lo que puede. Después había otro chico de apellido Rodríguez que pintaba bien, jugó un par de partidos en primera, pero al final desapareció.
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