Mauricio Tallone
"¿Una nota a mí? ¿Y de qué vamos a hablar?" Darío Marra se ataja, por las dudas. Tal vez, porque existen ciertos sobreentendidos que es preferible dejar así, en la nebulosa. El defensor canalla no es un recién llegado y sabe perfectamente de qué se habla cuando se habla de él. Es curioso: en cualquier otro caso, el hecho de haber debutado a los 22 años vistiendo la camiseta de Argentinos Juniors y seguir siendo titular en Central por varias temporadas sería considerado un mérito. Pero en él la ecuación cronológica no es tan lineal, sino que esa virtud siempre se la asoció a una extraña capacitación de supervivencia. Es por eso que Darío Marra todavía no le encontró el yeite a su relación con el hincha de Central. No sale a raspar tobillos -tan común es estos casos- para que el aplauso pendiente empiece a bajar, ni apela al poco creíble casete "soy de Central desde la cuna" para que lo aceptaran. Entonces lo silban, muchas veces de antemano: que no da seguridad por su lateral, que no se proyecta con criterio y demás sentencias nacidas del manual tribunero. Marra es el punto, el elegido a la hora de los insultos. -¿Por qué no te gusta dar notas? -No es que no me gusta, algunos veces las he dado. Lo que pasa es que este año me voy a manejar de otra forma porque quiero que la gente me juzgue por mi rendimiento y no por las cosas que digo. Simplemente quiero que me analicen por mi juego. -Igualmente nunca fuiste un jugador de realizar declaraciones polémicas, siempre mantuviste el perfil bajo. -Sí, es mi carácter, mi personalidad. Además como no manejo bien la dialéctica, no me sirve hablar todos los días con la prensa. -Esta medida de no dar notas, ¿tiene que ver con tu relación con el hincha de Central? -No, para nada. Sé que hoy me toca salir del equipo por mi bajo rendimiento y lo acepto. Pero acá no existen otros motivos, no estoy molesto ni con el técnico ni con la gente. Mi autocrítica es dura, salí del equipo porque me superaron otros compañeros y ahora tengo que luchar para ganarme otra vez un lugar. -¿Por qué aceptás con tanta naturalidad que perdiste el puesto? -Porque es así. El jugador se da cuenta o intuye quiénes van a ser los que arranquen el campeonato y no yo estoy entre ellos. Ahora está en mí tratar de superarme día a día y volver a estar entre los once. -¿Creés que la gente te criticó injustamente? -En algunos partidos puede ser que no haya tenido el reconocimiento que merecía. También hay que tener en cuenta de que jugué durante un año en un puesto donde se ven más los errores que las virtudes y eso ayudó a bajar mi nivel. -¿Ese fue el único motivo por el cuál bajaste tu rendimiento? -También ayudó que el equipo no tuvo un buen campeonato. Pero no voy a poner excusas, creo que no estuve a la altura de las circunstancias. -Cuando entrabas a la cancha, ¿sentías los reproches de la gente? -Cuando entraba a la cancha no, pero no te voy a negar que ese murmullo de descontento cada vez que tocaba la pelota me llegaba. -¿Es cierto que durante el partido el jugador ni piensa en en los insultos? -No, te llegan. Como te gusta cuando te aplauden, te molesta cuando te insultan. -¿Sentís que la gente está ensañada con vos? -No, tampoco puedo tomar las cosas de esa manera. Yo no me puedo hacer cargo de todos los insultos de la gente, agarro mi parte y el resto lo tiene que asumir el plantel. -Para colmo el punto más criticado de la gente es la defensa. -Lo que pasa es que Central juega con un esquema defensivo preparado para atacar en cualquier cancha. Y eso te lleva cometer errores en algún momento del partido. Pero tampoco hay que profundizar demasiado en la defensa, el fútbol es un juego de equipo y cuando perdés un partido lo pierden los once. -¿Creés que jugar con tres hombres en el fondo te jugó en contra para revertir tu imagen con la gente? -No, para nada. La historia no pasa por ahí, mi puesto es marcar y tratar de pasar al ataque cuando se puede. Algunas veces lo hice bien, y en otras no. -Todo esto que contás de tu bajo rendimiento lo hablaste con Bauza. -No, esto forma parte de mi autocrítica. Yo no tengo que hablar con el Patón, sólo tengo que demostrarle que puedo volver al equipo en las prácticas.
| |