Tom Hanks tiene hoy 44 años y tardó un año en transfigurarse. Así, pasó de ser un gordito feliz de Memphis que se pierde en medio del Pacífico al fibroso hombre salvaje que sobrevive. El año que necesitó Tom Hanks para reconvertir su cuerpo, el director Robert Zemeckis lo aprovechó para hacer otra película, "Revelaciones", Harrison Ford y Michelle Pfeiffer. Para la primera parte de "Náufrago", rodada en 1999, Hanks engordó hasta llegar a pesar casi 100 kilos. Cuando rodó la segunda, en abril de 2000, había pasado por un largo proceso de entrenamiento físico para adelgazar, poco a poco, más de 27 kilos. Hanks contó con un médico especializado en nutrición y un entrenador personal. Según el propio actor, todo fue "muy matemático, sumar y restar calorías y comer mucha fibra". "Náufrago" se rodó en una isla desértica de las Fiyi, llamada Monu-Riki, de sólo 40 hectáreas. Con marea baja esta isla volcánica puede ser recorrida caminando en dos horas. Un paraíso tropical que se convierte en la cárcel de un hombre que añora sus discos de Elvis y la compañía de su novia. En la filmación, el director prescindió de toda luz artificial para evitar dar énfasis al aspecto paradisiaco de la isla. "Quería mostrar la crudeza del paraíso", dijo Zemeckis. "Trasladamos todos los equipos en barcos. Les puedo asegurar que la producción de una película cuando hay arena y agua por medio se complica terriblemente". Durante 75 minutos, el actor permanece solo en la pantalla. La isla, de arena blanca pero sin demasiada vegetación. "No queríamos ni una flor", afirmó Zemeckis. Ni música ni diálogos acompañan al espectador. Hasta que aparece Wilson, una pelota que se convierte en amiga y confidente del accidentado superviviente. Hanks, por fin, habla. "El espectador debía sufrir la misma desolación que el protagonista", concluyó el director.
| |