Washington. - A pocas horas de asumir la Casa Blanca y con el tiempo amenazando opacar los festejos y las anunciadas protestas, el republicano George W. Bush, manifestó su disposición a examinar la pena de muerte. "En tanto que a la gente le preocupa, creo que debemos examinar la pena de muerte para asegurarnos que es justa", dijo ayer Bush, quien siempre justificó esa forma de castigo y detentó el récord nacional durante el año 200 0, cuando era gobernador del Estado de Texas, con 40 ejecutados.
Desde hace más de un año, en Estados Unidos se debate sobre esa forma de castigo, que además es duramente criticada por varios países del mundo, especialmente los europeos. A fines de diciembre, Bush rechazó cualquier tipo de restricción sobre la pena de muerte, alegando que ésta tiene un efecto disuasorio y permite "salvar vidas humanas". Mientras el presidente electo declaraba su disponibilidad a revisar la pena capital, dos hombres fueron ejecutados ayer en Oklahoma y en Texas, el Estado de Bush que encabeza de lejos al país en penas de muerte.
Mientras tanto, el centro de Washington permanecía ayer bajo un virtual estado de emergencia por la intensificación del control policial ante posibles desórdenes durante los actos públicos con motivo de la posesión de Bush. Un ejército de más de 3.000 policías, agentes del servicio secreto, Bureau Federal de Investigaciones (FBI) y guardias del servicio de parques están movilizados a partir de la fecha para evitar desórdenes y posibles atentados.
Una juez federal falló ayer que las medidas de seguridad no violan los derechos de los cientos manifestantes que quieran protestar. La policía y los manifestantes pronosticaron la mayor concentración de protestas desde que miles de personas se opusieron a la guerra de Vietnam en 1973.
Bush, en tanto, comenzó anticipadamente los festejos a su toma de posesión, pero quiso resaltar que la educación y las reducciones fiscales serán las piedras angulares de sus primeros meses de gestión. Un vocero dijo que Bush y el vicepresidente electo Dick Cheney darán a conocer su programa para el fomento de la enseñanza a principios de la semana próxima. El plan seguramente incluirá amplias reformas que permitirá a los padres utilizar fondos públicos para enviar a sus hijos a escuelas privadas.
Un nuevo comienzo
Bajo un toldo levantado el jueves frente al Monumento a Lincoln, Bush prometió "un nuevo comienzo" en la política norteamericana, al asistir al primer acontecimiento conmemorativo de su toma de posesión. El espectáculo de dos horas y media estuvo amenizado por el cantante puertorriqueño Ricky Martin, que lo invitó al escenario para que bailara a los compases de "La copa de la vida". Bush y su esposa, Laura, se sentaron juntos y saludaron a los miles de personas que llenaron el paseo del Washington Mall.
Bush reiteró su propósito de cumplir lo antes posible una de sus promesas electorales, la reducción de los impuestos en forma amplia. Los asistentes le aplaudieron con entusiasmo cuando dijo que las reducciones impositivas serán "sin vergüenza ni timidez alguna una de las piedras angulares de mis primeros meses en el cargo".
El clima gélido amenaza empañar en tanto las celebraciones del Partido Republicano, que por primera vez en 48 años tendrá el control tanto de la Casa Blanca como de las dos Cámara del Congreso, aunque por apenas un escaño en el Senado. La lluvia helada y probable nevasca también desinflarán las protestas organizados por opositores de Bush que sostienen que ganó la elección del 7 de noviembre injustamente con presuntas fallas en el cómputo de votos en el Estado de Florida. Los encargados de la ceremonia inaugural del gobierno de George W. Bush están considerando trasladar el acto al interior del Capitolio.