El gobierno analiza la posibilidad de cerrar la frontera con Brasil para impedir el ingreso de ovinos y productos de la especie obtenidos desde ese país, donde se detectaron brotes de scrapie o "tembladera del cordero", una enfermedad análoga a la de las vacas locas. Voceros del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria señalaron que se había confirmado la presencia de esos focos en el estado brasileño de Paraná, por lo cual se adoptarían "medidas sobre el tema en las próximas horas". De todas maneras, el secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray, destacó que "no hay operaciones comerciales, ni de ovinos ni de otros productos" derivados con Brasil. Por su parte, el vicepresidente del Senasa, Eduardo Greco, advirtió que la información sobre scrapie en Brasil es "muy reciente", por lo que se ha pedido "la ampliación de todos los detalles al gobierno vecino. Junto a la BSE, el scrapie es una de las principales encefalopatías espongiformes transmisibles, que afectan a diferentes clases de animales. Esta enfermedad que afecta a las ovejas presenta los mismos síntomas que la vaca loca y tiene un origen similar. El causante es el prion, sigla en inglés de "partícula infecciosa proteica", una proteína deformada que, a diferencia de otros patógenos como virus o bacterias, resiste altísimas temperaturas, rayos ultravioletas, radiación ionizante y desinfectantes comunes. Según Stanley Prusiner, el científico estadounidense que ganó el Premio Nobel en el 98 por sus investigaciones sobre BSE, el mal de las vacas locas se originó precisamente por la ingesta de harinas de oveja. El experto está convencido de que la proteína que genera el mal saltó la barrera de las especies, pasando de la oveja a la vaca. En el mismo sentido, son firmes las sospechas de que la ingesta de alimentos provenientes de animales con BSE causa el mal de Creutzfeld Jakob, que afecta al ser humano y es mortal.
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