"¿Cómo, no eran alemanas?". Con mezcla de alivio y desengaño, el cliente de una casa especializada en delicatessen masticó la respuesta del vendedor, que le aseguraba que las salchichas que hasta entonces promocionaba como joyas del primer mundo eran en realidad criollas, aunque "elaboradas con tradición germana". Los buscadores locales de exquisiteces foráneas fueron ayer los primeros en pedir explicaciones, luego de conocer la prohibición oficial de importar productos europeos que contengan carne o derivados de rumiante (vacas, ovejas y cabras). La medida fue dispuesta por el Senasa para evitar el ingreso del mal de la vaca loca. Paralelamente, en las bocas de expendio locales de las grandes cadenas nacionales de hipermercados se cumplía la orden de sacar de las góndolas la mercadería que podía generar sospechas. Si bien la resolución que prohíbe el ingreso de estos productos está vigente desde el sábado, el secretario de Agricultura, Antonio Berhongaray, aseguró que los inspectores del Senasa ya venían trabajando en el relevamiento e incautación de mercadería sospechada. Ayer, en conferencia de prensa, el funcionario indicó que hasta ahora se incautaron 10 toneladas de alimentos importados "por precaución". A diferencia de lo ocurrido en Capital Federal, en Rosario no habían comenzado las inspecciones del organismo sanitario en las bocas de expendio, para detectar la presencia de alimentos que hubieran ingresado antes de la prohibición. Sí se señaló que se habían realizado relevamientos a nivel de distribuidores y mayoristas. Desde el nivel municipal, la oficina de defensa del consumidor adelantó que realizará sus propias "inspecciones" en locales de venta al público. Mientras tanto, las grandes cadenas de hipermercados comunicaban el retiro de sus góndolas de los alimentos europeos elaborados con carne y la realización de chequeos con sus proveedores e importadores para evitar el ingreso de la mercadería. Desde sus casas matrices, Norte, Coto y Carrefour garantizaron la calidad de los productos que ofrecen y aseguraron que al conocer la disposición oficial retiraron preventivamente los productos involucrados en la resolución, que fueron a descarte. "Los productos nuestros que entraban en la resolución no eran muchos pero los sacamos de la venta preventivamente", señaló un ejecutivo local de Carrefour, mientras de que desde Norte, otra de las grandes cadenas que desembarcó en la ciudad, indicaban que se cumplió la orden de la gerencia de operaciones de sacar de la venta la mercadería que puede ser pasible de alguna sospecha "a pesar de que fueron analizadas en el laboratorio propio y no presentan riesgos". En los comercios especializados en delicatessen, se quejaban de haberse enterado por los diarios de la prohibición oficial. "No tenemos productos de esa característica pero si nos incautan mercadería no le vamos a pagar al proveedor", señaló el titular de un comercio céntrico que al mismo tiempo le explicaba a un cliente que la lengua importada que vendía era de Nueva Zelanda, país que no queda en Europa . La recomendación era la misma que difundieron desde el gobierno y desde las organizaciones de consumidores: leer las etiquetas de los productos con sumo cuidado para interiorizarse de los ingredientes y el país de origen. También se invitó a la gente a denunciar los productos de riesgo que vean en los comercios. En conferencia de prensa, el titular del Senasa aseguró que las medidas implementadas apuntan a preservar la salud de la población y asegurar el status internacional de la Argentina, reconocida como uno de los cinco países con riesgo mínimo de contraer la enfermedad que puso en crisis a la Unión Europea.
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