El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Animal Agroalimentaria (Senasa) prohibió el ingreso al país de alimentos europeos que contengan carne o subproductos de origen rumiante, es decir vacas, ovejas y cabras. La medida se adoptó como consecuencia del recrudecimiento de la crisis sanitaria en el viejo continente a raíz de la aparición de nuevos casos de animales infectados con BSE (Encefalopatía Espongiforme Bovina), enfermedad conocida como mal de la vaca loca. Esto significa que no podrán traspasar las fronteras argentinas todos aquellos productos considerados como delicatessen y que tengan como origen la Unión Europea. Es el caso, por ejemplo, de las salchichas alemanas, salames españoles o patés franceses, que tengan entre sus componentes carne de rumiantes. La resolución del Senasa fue adoptada el sábado pasado pero difundida ayer públicamente. El presidente del organismo, José Luis Machinea, señaló que se dispuso recomendar, a través del Ministerio de Salud, a los entes de control sanitarios de los niveles provincial y municipal para que procedan a la incautación de estos productos en caso de que hayan ingresado antes de la prohibición. "Hemos tomado dos determinaciones: la prohibición del ingreso de estos productos a partir del 13 de enero y la recomendación de incautar los alimentos que entraron previo a esta resolución", indicó Machinea a La Capital. Según lo recogido ayer a través de una recorrida por diversos comercios de la ciudad, la medida dispuesta por el Senasa no estaba muy difundida. Tampoco se pudo conocer si los organismos de control locales habían mantenido contacto con el organismo nacional. Machinea, en tanto, fue tajante a la hora de definir el futuro de los productos involucrados en la resolución: "Desaparecerán, de ninguna manera podemos permitir que se comercialicen salchichas o cualquier tipo de subproductos de origen europeo", dijo aunque aclaró que "existen delicatessen nacionales y de otros orígenes que no tienen problemas para ser comercializados". Machinea señaló que "productos como las salchichas alemanas, los salames españoles y los patés franceses, en tanto contengan en su elaboración algún ingrediente cárnico de vaca, oveja o cabra, no podrán ingresar al país". En cambio, la gelatina de cuero, las grasas fundidas y los productos lácteos quedan exceptuados de la medida. Machinea aclaró que el caso de alimentos elaborados en base a leche o derivados no se incluyó en la prohibición ya que "no hay evidencia científica respecto de que por esta vía haya algún tipo de contagio". Esto a pesar de que en Alemania y Gran Bretaña se iniciaron investigaciones al respecto (ver aparte). "Lo que está viviendo Europa es más producto de intereses políticos comerciales que de realidad científica", aclaró el jefe del Senasa. Respecto de las carnes, Machinea remarcó que la medida es por tiempo indeterminado "hasta que los países europeos no resuelvan la actual situación epidemiológica respecto de. Advirtió también que "en el contenido de algunos productos de cerdo o pato, por ejemplo, se utilizan la tripa o los intestinos de las vacas para revestirlos". Los países que por ahora no podrán colocar en la Argentina sus alimentos con estas características son Gran Bretaña, Irlanda, Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Países Bajos, Liechstentein, Luxemburgo, Portugal, Suiza, Austria, Rusia, Finlandia, Italia, Lituania, Polonia, República Checa, Suecia y Omán. Para conseguir una mayor eficacia, el Senasa pidió a la red de difusión del Estado que les permita el pase de "cortos de comunicación para que los consumidores tomen conciencia". Machinea defendió la medida en la necesidad de mantener "el posicionamiento sanitario del que goza la Argentina en el mundo respecto al mal de la vaca local", ya que es uno de los países reconocidos como libre de la enfermedad por la Organización Internacional de Epizootias (OIE).
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