Su nuca rapada conoce las caricias de Edgardo Bauza y José Néstor Pekerman (estuvo en un Sub 20 en Valencia), dos entrenadores que en algún momento confiaron en su claridad conceptual para leer los partidos. Iván Moreno y Fabianesi supo aprovechar esos impulsos iniciales que saborean los niños mimados y sólo le bastó un puñado de partidos para proyectarse en uno de los chiches de moda (el otro fue Ezequiel) de la cantera auriazul. Pero casi en un abrir y cerrar de ojos, también conoció la caída, en la que influyeron varias producciones para el olvido y su propensión a dejarse llevar por los imponderables de un juego tan versátil como el fútbol. Su bajón personal, al cabo, resultó por demás de inoportuno. Hoy, a casi tres años y medio de su explosiva aparición, Iván suda en la pretemporada en La Cumbre con el desvelo de recuperar protagonismo. Se prepara para mostrar su fútbol nuevamente. -¿Por qué andás cabizbajo? -No, para nada. Sigo siendo el mismo de siempre. -Tal vez esa seriedad tenga relación con tu presente futbolístico que te tiene afuera del equipo. -No, más allá de que no me toque jugar, el buen humor hay que mantenerlo siempre en beneficio del equipo. Si pensás lo contrario, preguntale a mis compañeros cómo soy dentro del grupo. -¿Este año no te queda otra que jugar sí o sí? -Mi meta siempre fue jugar. Mucho más ahora que estoy relegado desde hace un tiempo. -¿Sentís que tenés que empezar de cero? -Y sí, desgraciadamente no sirve de nada todo lo bueno que hice en algún momento. Por eso quiero ponerme bien físicamente en esta pretemporada y cuando me toque jugar hacerlo de la mejor manera posible. -¿Cómo viviste el proceso de haber sido uno de las apariciones más explosivas de las inferiores de Central y de un día para otro perder el lugar en el equipo? -Fue díficil, para mí era algo nuevo lo que estaba viviendo. Porque yo tenía muy pocos partidos en primera y veía que de poco iba perdiendo las chances de ser titular. Igualmente agradezco haber vivido esta experiencia, la mayoría de los jugadores pasó por situaciones parecidas y al final pudo demostrar sus condiciones. -¿Creés que en Central te van a dar tiempo para demostrarlas? -Espero que sí, acá siempre jugó el que mejor anduvo. -¿Tu bajón fue futbolístico, anímico o físico? -No sé si hubo un motivo en especial. El jugador se va dando cuenta de que la cosa no es igual cuando el técnico lo saca en un partido que estaba jugando bien, o en llamados de atención que te hacen pensar que ya no formás parte del equipo titular. -En esos momentos, ¿sentiste que la prensa te estaba pasando factura por haberte elevado a la condición crack? -Sí, por momentos sentí que no juzgaban mi rendimiento de acuerdo a lo que yo pensaba que había rendido. Además cuando recién empezábamos con Ezequiel muchos decían que habíamos madurado de golpe y no teníamos ni quince partidos en primera. Lo que pasa es que en ese momento éramos la novedad y había que decir algo de Ezequiel o Moreno. No creo que haya bajado tanto mi nivel como para que me trataran con tanta injusticia. Igualmente me tiene sin cuidado lo que diga la prensa, sé como es esto y no podés estar pendiente de lo que dicen los demás. -¿Creés que había partidos en los que no se jugaba bien y era más fácil que los periodistas te echaran la culpa a vos de la baja producción del equipo? -Hubo un montón de partidos en los que jugué bien y la prensa no lo vio de esa forma. Pero repito, soy de los que llega a la casa después de un partido y se pone a ver el video para realizar la autocrítica. Recién ahí saco las conclusiones y con eso me quedo. En definitiva nadie se conoce mejor que uno. Es difícil que un periodista esté en condiciones de calificar a 22 tipos. Por ejemplo, cuando jugaba de cinco bis se decía que yo era enganche junto a Ezequiel y nunca jugué en esa posición. Lo mío era proyectarme un poco más que el Negro Quinteros o el Cuis Daniele, pero jamás jugué de enganche. Son cuestiones que la prensa no maneja porque no está dentro del vestuario cuando el técnico está dando la charla técnica. -Entonces no fue una cuestión de agrande. -No, de eso estoy seguro. Gracias a Dios tengo un cable a tierra como mi familia y mis amigos que siempre me aconsejaron muy bien. Seguramente no hubieran permitido que me agrandara. Además esto es así, cuando está todo bien salís en los diarios y todo el mundo te pide autógrafos, pero en la mala tenés que remar de vuelta. -¿Creés que el hincha de Central perdió confianza en tu juego? -No sé si es una cuestión de confianza. Creo que es normal que cuando no estás en tu nivel, el hincha te reproche cosas. Tampoco me creía que era un fenómeno cuando empecé, ni un desastre ahora que estoy afuera del equipo. -¿Pero es justo que el hincha te insulte? -Tampoco me quiero hacer cargo de eso, es algo que pasa constantemente en el fútbol. De lo contrario, no podés entrar a una cancha. -¿Tenés miedo de que la gente diga, te acordás de ese pibe Iván Moreno que pintaba para ser un fenómeno y después no llegó a nada? -Nunca se me cruzó eso por la cabeza. Estoy seguro de que este año voy a recuperar el lugar que perdí en el equipo, lo siento así y no quiero dejar pasar esta oportunidad.
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