Aunque fue Leonardo da Vinci uno de los primeros en diseñar algo similar a lo que hoy se conoce como bicicleta, hubo que esperar 300 años para que modernizaran el rudimentario artefacto de madera hasta llegar a construir lo que se conoció como La Drasiana, el velocípedo que fue popular entre la nobleza europea. Un inglés, Denis Johnson, colaboró en la creación de la bicicleta cuando en 1819 creó un modelo de hierro que se conoció como Hobby Hourse, al que un herrero escocés le puso pedales en 1838. Pero quien es considerado a lo largo de la historia como el precursor de las dos ruedas fue Ernest Michaux, que descubrió que la máquina se mantendría estable siempre y cuando rodara a una velocidad suficiente. La Michaulina, a diferencia de La Drasiana, atrajo la atención de las clases populares en 1860. Los hermanos Olivier organizaron una carrera de más de un kilómetro en París, en la que participaron 7 ciclistas. Así nació el ciclismo de competición, en mayo de 1889. Un año antes, en Francia, los hermanos Michelín habían creado un neumático desmontable para los velocípedos. Luego, en 1920 se descubrieron los cambios de marcha, una de las características de las bicis de hoy.
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