Perdimos una sola vez con un equipo inferior en el ránking, confió Vigil, y ese partido fue contra España en los Juegos Olímpicos, pero sin duda que el equipo que más dolores de cabeza le da a Argentina es Australia, un conjunto al que Cachito pretende no sólo igualar, sino también superar. -El ritmo que despliega Australia en cada partido, ¿se puede llegar a contrarrestar en el corto plazo? -En dos años lo vamos a contrarrestar y en cuatro lo vamos a superar. Para ello necesitamos no sólo el trabajo en el seleccionado, sino también en los clubes. Esto no se consigue sólo con las jugadoras de elite, cuando ya tienen 18 ó 19 años, sino que también se logra desde la iniciación, en las divisiones menores. Primero enseñando y no entrenando, en las categorías novena, octava y séptima, en sexta y quinta empezando a entrenar, pero fundamentalmente la persona que lo hace tiene que ser un entrenador y un educador y tiene que enseñar muy bien las coordinaciones físico-técnicas, que es ahí donde nos supera Australia. A partir de este tipo de actividades uno va transmitiendo un mensaje. Australia pareciera que anda en un Mercedes Benz y nosotros en un Ford Escort, antes teníamos un auto inferior, pero ahora por lo menos llegamos al Escort. De ahora en más hay que prestarle atención a las divisiones menores. -Hay algún otro punto en especial? -Sí, nuestro hockey debe mejorar en cuanto a la organización de los torneos. Fijate que ahora no hay play off y sólo lo juegan los equipos que llegan a la final. Es allí donde se hacen los jugadores, en las finales. Tiene que haber una organización de torneos que dé posibilidad de muchas finales. -Si alguna de las chicas se hubiera retirado del seleccionado, ¿hubieses tenido un recambio inmediato? -Cada persona tiene una característica que la distingue perfectamente, lo que no quiere decir que no se pueda reemplazar. Tenemos jugadoras que pueden reemplazar a las que están, pero a mi me gusta reemplazarlas estando en el equipo, creo que es el mejor recambio que se puede producir en este equipo. Si de dieciséis jugadoras dejan ocho es muy fácil para las que están afuera ocupar esos lugares, porque no lo pelean, no lo ganan. El recambio es bueno cuando están todas dentro del plantel.
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