A diferencia de las otras once facultades que dependen de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Derecho hoy no estará vacía. Habrá movimiento porque los veinte integrantes de su consejo directivo definirán si a partir de este año los aspirantes a la carrera rendirán o no un examen que definirá su condición de alumnos regulares o libres en el primer año. La Capital relevó quiénes levantarán la mano a favor y en contra de la polémica iniciativa que impulsa el decano de la facultad, Ernesto Granados. Todo hace suponer que los que apoyan la evaluación serán mayoría. Once sufragios oficialistas (7 docentes, un graduado, un no docente y dos estudiantes) se impondrán sobre los nueve que no aprueban el examen (3 docentes, 5 estudiantes de Franja Morada y uno del Movimiento Nacional Reformista) por considerarlo un ingreso restricto encubierto. Luego de que el pasado 22 de diciembre, el primer intento por debatir el proyecto se frustró debido a las piñas que se propinaron alumnos y docentes, se espera que hoy por la afirmativa o por la negativa, se defina la cuestión que afectará a más de 2.000 estudiantes.
Cuando a mediados de diciembre todo lo que quedaba por delante eran algunas mesas de exámenes, las secretarías académica y estudiantil de Derecho se despacharon con un proyecto vinculado al curso introductorio a la carrera. Lo que siguió sólo se definió en dos días: se llamó a reunión extraordinaria de consejo y la facultad fue un hervidero.
Los consejeros asistieron a la cita, pero cuando se intentó hablar del tema, los estudiantes comenzaron a cantar el Himno Nacional impidiendo así todo tipo de debate. El decano se levantó junto a un grupo consejeros y en el ínterin hubo puñetes entre un grupo de alumnos y el profesor Benito Aphalo, a favor del proyecto.
La semana pasada se reunieron dos comisiones para tratar el tema: Académicas y Administrativa. En la primera, los que se oponen al examen sentaron posición y ganaron la batalla. Pero en la segunda hubo empate.
Hoy, luego de aprobarse el calendario 2001 de la facultad, se discutirá nuevamente el proyecto, leyendo los despachos de las comisiones y votando. Todos los consejeros garantizaron su asistencia, salvo el profesor Mario Chaumet que será reemplazado por un suplente.
Los docentes que apoyarán el proyecto serán Miguel Ciuro Caldani, Juan Pablo Orquera, María Cristina Vélez, Miriam Pasquinelli, Matilde Barker (como suplente de Chaumet), Aphalo y Alejandra Verdondoni. Se opondrán Gerardo Muñoz, María Claudia Torrens y Celso Lorenzo.
También la graduada María del Carmen Alvarez y el no docente Carlos Brolese dirán sí a la iniciativa, tanto como los estudiantes Lucas Vicario y Carolina Cabrera. Mientras Silvina Pezzetta, Facundo Paschetto, Juan José Bentolila, Andrea Corvalán y Mariano Roca (Franja) le dirán un rotundo no al que se sumará Virginia Monsalve, del MNR.
De qué se trata el proyecto
La iniciativa propone que a partir del ingreso 2001 el curso para los aspirantes se extienda desde el 12 de febrero al 23 de marzo y conste de tres módulos: uno general, uno de derecho privado y uno de derecho público. Pero lo más conflictivo de su contenido tiene que ver con la evaluación.
El 12 de febrero -se lee en la propuesta- se tomará una evaluación diagnóstica; y el último día de clases una sobre los temas desarrollados en los tres módulos que están incluidos en el material que a tal efecto se entregará el primer día de clases. Quienes obtengan una calificación inferior a 4 en dicha evaluación, tendrán derecho a acceder a un recuperatorio, previa devolución pedagógica de los exámenes. Los que obtengan 4 como mínimo, accederán al cursado regular del primer año y quienes no hayan obtenido la calificación mínima y/o no hayan rendido la evaluación, ingresarán igualmente a la carrera y podrán cursar el primer año como alumnos libres.
Los argumentos del proyecto se sostienen en estadísticas del 99 donde de 2.580 ingresantes, el 50 por ciento quedó en el camino al no aprobar o rendir ninguna materia.
Dado este panorama, los directivos de la facultad explicitaron su acuerdo con el ingreso irrestricto que rige en la Universidad, pero insistieron con que hay que elevar la calidad académica de la facultad.
Los estudiantes en su mayoría, y algunos docentes salieron rápidamente al cruce del proyecto. Dijeron que se eludió el debate al plantearlo cuando la facultad está vacía. Y dijeron que era un primer paso de echar por tierra con una bandera de la Universidad pública como es la de acoger en su seno a todos aquellos que deseen ingresar.