Durante el 2000 la distribución de la riqueza en la Argentina se hizo más desigual. De acuerdo a las cifras oficiales, el 10% de la población más adinerada recibió el 37,2% de los ingresos totales, cuando el año anterior captaba el 36,3%. Ampliando este segmento, el 20% de los argentinos más ricos se quedó con el 53% de los ingresos, cuando un año atrás acumulaba el 52,3%. Esto significa que de cada diez personas, dos ganan más que las ocho restantes. Para tener una idea más clara, el 10% más rico de Capital Federal, tiene ingresos 24,8 veces superior que el 10% más pobre, cuando el año anterior esa brecha era de 24,1 veces. La mayor distancia entre ricos y pobres se debe a que los que más ganan -con ingresos de 1.300 a 14.000 pesos mensuales- volvieron a aumentar su participación en el ingreso por el mayor deterioro que sufrieron los sectores de menores recursos. Además, el 60% de la población gana menos de 500 pesos mensuales.
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