Telecomunicaciones y salud: las dos grandes desregulaciones del 2000

Terminó el monopolio de Telefónica y Telecom. Desde el 1º de enero compiten las prepagas y los sindicatos

Durante el 2000 se dieron dos grandes desregulaciones: telecomunicaciones y el sistema de salud. Un decreto presidencial fijó la libre competencia entre obras sociales sindicales y empresas de medicina privada que comenzará a regir desde el 1º de enero del 2001.
En este marco, los trabajadores podrán optar libremente adonde derivar sus aportes mensuales, mientras que el gobierno se comprometió a que el aporte mínimo de cada beneficiario será de 20 pesos mensuales que se financiarán con el Fondo Solidario de Redistribución de Obras Sociales.
En el caso de las telecomunicaciones, el 9 de noviembre fue el Día D.
A partir de esa fecha se inició la libre competencia en la telefonía poniendo fin a una década de monopolio en la cual las compañías Telefónica y Telecom se repartieron la torta de consumidores de todo el país.
Entre las compañías que desembarcaron se cuentan Movicom, Techtel, Diveo, AT&T, Impsat, Metrored, y CTI, quienes se disputarán distintos segmentos del sistema.
El menú más tentador lo constituyen los sistemas de transmisión de datos y el segmento corporativo, junto a la telefonía celular y los servicios especiales para los clientes de alto poder adquisitivo.
La Secretaría de Comunicaciones de la Nación espera que esta liberalización del mercado de telecomunicaciones redunde en una rebaja de los costos, algo que ya se comenzará a ver a partir del año nuevo en las llamadas de larga distancia y los celulares.
En cambio, el servicio básico y las llamadas locales deberán esperar un poco más para llegar a las tan ansiadas rebajas de precios.
Sin embargo, las empresas señalan que las rebajas de tarifas se podrán dar a partir de mejoras en la tecnología y no tanto por la competencia que se genere entre las compañías.
Otro aspecto cuestionado es que no queda demasiado claro cómo asegurar los mismos beneficios a las regiones más alejadas de la Argentina, ya que se estima que la competencia se dará en las zonas más rentables (los grandes centros urbanos como Capital Federal, Rosario y Córdoba) en donde está la crema del negocio.