Bruce Willis es el dueño de un éxito. Su capacidad para atraer al gran público creció con el correr del tiempo. Las pruebas saltan a la vista en la taquilla. Las películas que protagoniza siempre siempre reúnen gran número de espectadores. El actor, que se hizo popular gracias a su labor en la serie de televisión Luz de luna, logró este año un nuevo suceso con el filme El protegido. En el filme encarna a un padre de familia que, pese a que tiene todo lo que quiere, sufre de una profunda melancolía. Su vida cambia después de que milagrosamente sale ileso un grave accidente ferroviario. Un hombre misterioso, dueño de una casa dedicada a la venta de originales de historietas, le revela su destino. El desenlace, al estilo de M. Night Shyamalan, encierra un sorpresa. La máscara inexpresiva de Willis dota a su personaje de un dramatismo que contribuye al clima opresivo de la narración. El público, una vez más, aprobó su actuación. Igual que antes lo había hecho, por ejemplo, con la saga de Duro de matar. Willis, aunque coquetea con el drama y la comedia, siempre se sintió a gusto con el género de acción. Sus seguidores lo sabe y aplauden las escenas en las que demuestra que el despliegue físico puede ser un recurso dramático válido. Así fue como en el 2000 también el ex marido de Demi Moore volvió a subir al podio de los vencedores. Y festejó como sólo los grandes saben hacerlo.
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La Ciudad
