Año CXXXIV
 Nº 48.965
Rosario,
lunes  11 de
diciembre de 2000
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Newell's Mereció más
El rojinegro empató con Independiente sobre el final

El partido se moría y Newell's no encontraba consuelo. Porque había hecho los méritos necesarios para ganar, especialmente en el segundo tiempo, y sin embargo estaba abajo en el marcador. Hasta que a los 42 de la etapa final, Lucas Bernardi, desde fuera del área y con sus últimas fuerzas, sacó el derechazo goleador que se metió en el ángulo de Rocha y se convirtió en el merecido empate a esa altura. Aunque a lo largo de los 90 minutos Newell's hizo más que Independiente para quedarse con los tres puntos. Sólo la inoperancia para definir las situaciones y la buena tarde de Ariel Rocha lo evitaron.
Pero fue un buen corolario para este Newell's que hizo todo desde la base del convencimiento. De saber lo que quería y cómo conseguirlo. De conocer las armas con las que cuenta para llegar a su objetivo. Porque Newell's siempre fue el que intentó jugar, especialmente desde los pies de Manso, la cabeza de Saldaña y el despliegue incansable y conmevedor de Bernardi.
Pero ellos también contaron con la audacia de Ribolzi, que se la jugó al poner tres hombres de punta en el complemento -Rosales reemplazó a Ponzio- y al final el trámite y el resultado le dieron la razón. A punto tal que a los 15 de esa etapa Newell's había desperdiciado cuatro situaciones ante Rocha, dos mano a mano de Rosales, otro de Quintana y un cabezazo del primero.
Es cierto que Newell's tomó riesgos, que por momentos se descompensó en el fondo, que caminó por la cornisa y a punto estuvo de pagarlo con un resultado abultado en su contra. Pero al final la apuesta le salió bien. No sólo porque llegó a la igualdad sino porque manejó el trámite de todo el segundo tiempo y maniató a Independiente, que en ningún momento supo cómo resolver la ecuación que le propuso su rival.
Lo que sí hizo bien Independiente en el primer tiempo a diferencia de Newell's fue sacar provecho de sus oportunidades. Porque en sus dos primeras estocadas a fondo lastimó a la defensa rojinegra. En la primera, fue un error de Fuentes, que no la quiso reventar y la perdió ante Vitali, el volante llegó hasta el fondo y Eluchans, que llegaba por el medio del área, fusiló a Cejas. Y un rato más tarde, de un tiro libre indirecto en la puerta del área leprosa, los rojinegros se durmieron y apareció Forlán, de cabeza, para vulnerar a Cejas.
Newell's, en tanto, había dilapidado varias situaciones, como un cabezazo de Crosa que se fue cerca, una mala definición de Bernardi, después de un buen anticipo, y un disparo débil de Manso, luego de otra buena habilitación de Bernardi.
Con la ventaja de dos goles, Independiente tuvo todo para liquidar el pleito, ante una defensa que era desbordada continuamente, especialmente por su sector derecho. Se lo perdió Mariano Pernía -el hijo del Tano Vicente-, después Vuoso y más tarde Garnero, que eludió a Cejas pero se le fue larga.
Entonces, Newell's le facturó esa displicencia en la primera aparición concreta de Cobelli, casi en el final del primer tiempo y volvió a encender la ilusión. Saldaña puso una pelota como con la mano para el pique de Quintana, que desbordó por la derecha y su centro le cayó al rubio goleador, que no perdonó.
Fue un partido raro, cambiante, porque cuando parecía que Independiente lo tenía a su merced, Newell's reaccionó y empezó a cambiar la historia para quedarse con un empate más que merecido, que se empezó a gestar desde la base del convencimiento. De saber qué quería y cómo lograrlo.



Rocha le gana a Rosales en el mano a mano.
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