Washington. - Debido a los problemas electorales de la Florida, mucha gente se ha burlado de este Estado, pero en realidad los habitantes de esta zona no son nada tontos ni ingenuos. La disputada elección abrió la oportunidad de ridiculizar al Estado por sus ancianos tratando de votar, la mentalidad de muchedumbre de quienes se manifestaron en las oficinas electorales de Miami, una vilipendiada secretaria de Estado y el confuso diseño de las papeletas. Pero a pesar del escarnio sufrido por el Estado en el último mes, la Florida no es un rincón alejado de la modernidad; es una entidad de gran crecimiento y diversidad, donde los problemas del siglo XXI a veces abruman su limitada base fiscal.
Innumerables problemas electorales salieron a la luz en el recuento presidencial, pero muchos consideran que las mismas complicaciones podrían encontrarse en otras entidades si fueran colocadas bajo un microscopio igual. La Florida cuenta con algunos de los mejores administradores electorales del país, indicó Kimball Brace, presidente de Election Data Services, una firma consultora con sede en Washington. Siempre que hay una elección tan apretada que debe examinarse con microscopio, entonces surgen todos los detalles negativos.
Imagen de telenovela
En las últimas cuatro semanas, el recuento en la Florida ha tenido la trama y los personajes dignos para convertirla en la telenovela que ahora es. Algunos de los protagonistas principales incluyen al gobernador Jeb Bush, hermano del abanderado republicano; los ex diplomáticos ahora antagonistas Warren Christopher (a favor de Gore) y James Baker (por Bush); la secretaria de Gobierno Katherine Harris, calificada de Cruella De Vil en una parodia, y Theresa LePore, la supervisora electoral de las confusas boletas. Katherine Harris se ha ganado el primer premio; fue terriblemente maltratada, indicó Tom Slade, ex presidente republicano en el Estado. Es una servidora pública honorable, brillante, que simplemente respetó la ley de la Florida.La mofa probablemente empezó con la papeleta mariposa (butterfly) en el condado de Palm Beach, diseñada para ayudar a los electores de edad avanzada a leer los nombres de los candidatos, pero que confundió a muchos de ellos y quedó como representante del caos electoral que arrasó la Florida. A LePore le correspondió gran parte de la crítica.
Pronto los medios de comunicación se llenaron de bromas respecto de disfunción eléctil y ancianos electores que podían jugar con 10 cartones distintos de lotería al mismo tiempo, pero no podían descifrar una papeleta. Los floridanos están empezando a darse cuenta de que el resto del mundo nos mira como un tipo de atrasado rincón del Tercer Mundo, indicó el especialista en encuestas Jim Kane, de Fort Lauderdale. Creo que la gente se está cansando de que seamos el blanco de las bromas de todos y de estar bajo el escrutinio de todas las cámaras de televisión de Tokio a Nueva York, agregó.