Dos de los grandes amores de Willy Crook están relacionados con el nombre de su banda: los Funky Torinos. El nombre es más antiguo que la banda -cuenta-, e incluso no tenía nada que ver con un grupo. Fue Petinatto, en el camarín de un recital de Sumo al que se le ocurrió esa expresión cuando uno apareció con unos anteojos grandes, a lo Elvis Presley, que tenían unas patillas muy cromadas y deportivas. El dijo que eran unos lentes muy funky torinos, y esta frase me quedó en el inconsciente. La otra parte de la explicación es la siguiente: Hace unos cuantos años, yo estaba sin casa y mi viejo tenía un Torino que no usaba. Yo no le podía ni poner nafta, pero sí podía vivir en él, que ya era bastante. Cuando, al volver de España, empecé a tocar de nuevo aquí, lo usábamos para movernos y llevar equipos a los shows. Lo que no entraba en el Torino, no podía ser de la banda. Poco tardamos en decidir que esa palabra -Torino- tenía que estar en el nombre del grupo. Y agregarle funky, le dio una actitud canchera. Pero por sobre todo se liga a una época que tiene que ver con la música que hago y en la que las cosas eran más consistentes. También podría haber sido Valiant, aunque no debe olvidarse que el Torino es el auto argentino. El álbum debut como solista de Willy Crook fue Big Bombo Mamma, editado en 1995. Un año más tarde apareció Pirata. En 1997 grabó un disco con la denominación de su nueva banda: Willy Crook and Funky Torinos (Pablo Guadalupe, en batería; Martín Aloe, en bajo, y Carlos Patán Vidal, en piano). El álbum contó además con la participación de Daniel Melingo, Fernando Samalea y Miguel Zavaleta. Luego se editó Eco grabado en 1998, que además cuenta con un CD de la Valentino Jazz Bazar. En este disco participaron 24 músicos, entre ellos, cuatro bajistas. Posteriormente, fueron lanzados En vivo I y II, dos CD grabados en vivo en el teatro Coliseo de Buenos Aires; Versiones y por último su CD Crük electrónico.
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