Entre la experiencia y el debut. Mezcla de rutina y estreno. Uno invicto por méritos propios, el otro por obligación. Sebastián Cejas y Laureano Tombolini afrontarán este domingo el clásico y se verán por primera vez las caras de un arco al otro en partidos oficiales. El de Newell's no perdió nunca, el de Central no lo jugó jamás. Tendrán un sábado distinto, con expectativas diferentes, aunque con un objetivo similar. El capitán rojinegro será uno de los sostenes anímicos -como siempre- de un grupo que necesita ganar para ponerle buen cemento a la base que intenta construir el proceso del Ruso Ribolzi; el 12 canalla seguramente escuchará una y otra vez las recomendaciones de su amigo José María Buljubasich que deberá dejar de lado la desazón que le provoca haber perdido el puesto para colaborar con el grupo desde su ascendiente nacido en la trayectoria y la capitanía que ostentó en la etapa más brillante de la era Bauza. El estado de ansiedad probablemente sea similar, aunque se jueguen cosas distintas. Terremoto pugnará por sostener su envidiable racha invicta, Tombo buscará la rúbrica para terminar de responder la riesgosa jugada del Patón cuando decidió excluir a uno de los referentes para darle la chance tan esperada. Hasta aquí la respuesta del arquero de Santa Isabel fue muy buena. El domingo va por la consolidación definitiva. Un referente frente a un debutante. Estilos diferentes, protagonismo distinto. Más allá de la personalidad del arquero auriazul, se sabe y se reconoce que el rojinegro es casi la voz cantante desde el arco y además el encargado de los penales y de algún que otro tiro libre libre cerca del área aunque hasta ahora se mantenga invicto en ese rubro. Si es por la tranquilidad que les pueden ofrecer sus defensas ninguno de los dos puede darse el lujo de suponer que bastará con estar atentos. Newell's y Central no transitan momentos de solidez y aunque vayan por caminos separados y tengan características disímiles coinciden en las dificultades defensivas. Cejas ofrece sus extraordinarios reflejos debajo del arco, Tombolini aporta velocidad en los cierres; ambos sufren los centros. Por inconvenientes propios y por desatenciones de sus compañeros. El domingo los espera el primer desafío. Uno es indiscutible, nadie le pelea el puesto. El otro, lucha por la invulnerabilidad y va por muy buen camino. El domingo a las 16, se escribirá el primer capítulo de un nuevo duelo de arqueros.
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