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 domingo, 18 de noviembre de 2007  
Rusia convierte a Putin su nuevo Stalin
El Kremlin impulsa el culto de la personalidad del presidente según el viejo estilo comunista

Stefan Vob / DPA

Moscú. — En el Nuevo Arbat, el paseo moscovita entre el Kremlin y el río Moskwa, un gigantesco afiche tapa toda la fachada de un edificio de oficinas de varios pisos. Sobre 1.000 metros cuadrados se lee la consigna: “Nuestra elección - Vladimir Putin”.

   En las semanas previas a las elecciones para la Duma (Cámara baja del Parlamento) ha comenzado un culto a la personalidad del jefe del Kremlin como este gigantesco país no lo ha visto desde el dictador soviético José Stalin. Con Putin como principal candidato del partido oficialista Rusia Unida, los comicios del 2 de diciembre son más un plebiscito que una elección, admiten sus compañeros de partido.



“Nazionalny lider”. El jefe de Rusia Unida, Boris Gryslow, anuncia la directiva: Putin debe permanecer como “nazionalny lider” (líder nacional). Como la Constitución prohíbe un tercer mandato como presidente, según la voluntad de sus seguidores Putin debe conservar de alguna forma los hilos en sus manos, ya sea como jefe de gobierno o presidente de la Duma.

   En todo el país se fundan comités que dirigen peticiones al jefe del Kremlin. Participan estudiantes, artistas, asociaciones de beneficencia, colectivos de trabajo y simples ciudadanos, según celebra la televisión rusa, que es oficialista. Este jueves se fundó en la región de Twer, al noroeste de Moscú, el movimiento general ruso “Sa Putina” (Por Putin).



Casta poderosa.  La oposición ve detrás del culto a la personalidad también los claros intereses de una casta política, cuyo destino depende, para bien o para mal, de Putin. “Allí no hay un amor espontáneo, sino una acción organizada de aquellas fuerzas preocupadas por su propio bienestar”, señaló el jefe comunista Guennadi Siuganov a la revista Kommersant Vlast. Se refiere a los políticos, altos funcionarios y “oligarcas” que en caso de un cambio de poder en el Kremlin serán desplazados de sus posiciones de privilegio.



Muy popular. Sin embargo, los objetivos de los partidarios de Putin encuentran gran eco en la población. Putin es el único político popular a nivel nacional, lo que de ninguna manera se debe sólo a la propaganda en la televisión estatal.

   La estabilidad, el planteo de volver a dar a Rusia su sitio como potencia y el crecimiento económico le brindan una imagen positiva superior al 60 por ciento. “La popularidad de Putin aumenta junto con el precio del petróleo”, concluye el satírico comentarista Viktor Shenderovich.

   La activista de derechos humanos Liudmila Alexeyeva en principio no rechaza el entusiasmo de los rusos por su presidente. “Las manifestaciones realizadas de forma paralela desde Vladivostok a Tver se deben al talento organizativo de los gobernadores de las regiones, que recibieron las respectivas órdenes desde arriba”, señala la presidente del Grupo de Helsinki, una moscovita de 80 años.

   Según los expertos, el redoble de tambores de este año también se relaciona con la preocupación del Kremlin sobre que en medio de la nieve y el hielo este 2 de diciembre muchos prefieran evitar la asistencia a los locales electorales, dado que la gran mayoría es apolítica. Según los sondeos, sólo unos pocos rusos están convencidos de que su propia voz tiene algún peso en el país.



Sin programa claro. No hay asimismo un detallado programa electoral. El mensaje central de los técnicos de la campaña oficialista es el “Plan Putin”, que propaga la “victoria de Rusia” y el “bienestar de cada uno”. Por eso aparecen en Moscú los afiches con Putin y el lema “Todo va según plan”.

   El doble significado de la palabra “plan” inspiró a un grupo musical del Lejano Oriente ruso a componer una canción de reggae sobre el culto a la personalidad del hombre fuerte de Rusia.

   “El plan de Putin abre nuevos horizontes”, cantan los muchachos del puerto de Vladivostok, y se mueren de risa. Es que la palabra “plan” en el slang ruso se usa sobre todo para referirse a la marihuana.


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Protesta en Moscú contra el culto a Putin.

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