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 sábado, 20 de octubre de 2007  
Ana Gazzola: “La educación es una política que debe trascender gobiernos”
Para la especialita la Universidad tiene que ser pertinente y de calidad

Matías Loja / La Capital

Calidad y pertinencia social son elementos indispensables que deben regir la marcha de las universidades de la región. Términos que, sobre todo en países en donde las desigualdades y la injusticia social sacude a amplias franjas de la sociedad, exigen un compromiso por parte de las instituciones de enseñanza superior.

Así lo entiende la directora del Instituto de Educación Superior de América Latina y el Caribe (Iesalc/Unesco), Ana Lúcia Gazzola, aunque apunta que en materia educativa los países latinoamericanos tienen “el hábito de hacer tabla rasa de todo lo que se ha hecho en un gobierno anterior”, cuando “la política de Estado tiene que trascender a gobiernos específicos”.

Ex rectora de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil), Gazzola destaca el rol de las Universidades como instrumento de soberanía nacional, sobre todo para “garantizar la competitividad y la inserción plena en el escenario contemporáneo”. Pero también deja en claro que en las naciones de la región, las casas de altos estudios deben buscar una sintonía con su tiempo.

—¿Puede una universidad ser de calidad y excelencia sin tener pertinencia social?

—Creo que depende un poco de la situación social, de la sociedad y del medio en donde se ubica la Universidad. Entiendo que tratándose de países emergentes que están en proceso de construcción de su desarrollo, y enfrentando una serie de dificultades y contradicciones, la Universidad tiene que trabajar de manera que esos dos valores constituyan un solo valor. Particularmente nuestros países latinoamericanos y caribeños tienen que buscar una sintonía con su tiempo y afirmar raíces en su tierra. Es imposible pensar la universidad desvinculada de un proyecto de construcción de nación. En ese sentido, tenemos que mirar siempre la excelencia, pero tenemos también que buscar una relevancia y una pertinencia permanentes.

—¿Por dónde pasan los desafíos de la integración regional? ¿Es necesario trasladar la reforma de Bolonia (acuerdo para converger en un espacio común de educación superior europea para 2010)?

—Creo que nunca se debe trasladar una realidad a otra. Las transformaciones que desarrollan los países y las comunidades tienen sus referencias históricas, sociales, culturales, económicas de las realidades y experiencias de cada pueblo y sociedad. Pero con el proceso de Bolonia se puede aprender una lección importante: la armonización de los procesos didácticos y la búsqueda de una convergencia. Pero tenemos que buscar nuestra convergencia y nuestra armonización con modelos que respeten la diversidad y referencias de nuestros propios proyectos. Trasladar simplemente significa empobrecer una experiencia, con la que hay que mantener un diálogo, aprender de todas ellas, pero siempre buscando un proceso propio.

—¿Cuáles son las urgencias para pasar de la retórica a la acción, como ha denunciado en varias oportunidades?

—En primer lugar, tener políticas públicas consecuentes y estables. En nuestros países tenemos el hábito de interrumpir, de empezar otra vez, de hacer tabla rasa de todo lo que se ha hecho en un gobierno anterior. Y la política de Estado tiene que trascender a gobiernos específicos, porque la educación tiene que ser tratada de manera consecuente y estable. Creo que hay un reto importante, urgentísimo, que es la erradicación del analfabetismo, que algunos de nuestros países ya han conseguido. Aparte tenemos que mejorar la calidad de la educación básica con medidas urgentes y necesarias, desde infraestructura y reformas de currículos, pero principalmente programas de capacitación de recursos humanos. No se puede mejorar la educación en nuestros países si no le damos al profesor una centralidad, con salarios dignos, carreras decentes y capacitación permanente. Todos esos aspectos tienen que pasar a la práctica cotidiana de nuestros países como una acción pública permanente. Naturalmente tenemos también que expandir la cobertura de educación superior y universalizar la educación básica y media. Hay que invertir también en ciencia, tecnología e innovación. Pero creo que hay que pasar de las palabras y de los consensos, que ya los tenemos de manera suficiente, a acciones que sean realmente efectivas. Es hora de que nuestros gobiernos entiendan de una vez por todas que educación no es gasto, sino inversión en el futuro.


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Para Ana Gazzola la urgencia regional es erradicar el analfabetismo.

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