Año CXXXVII Nº 49471
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Escenario
Economía
Ovación
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 06/05
Mujer 06/05
Economía 06/05
Señales 06/05
Educación 05/05
Página Solidaria 25/04
Salud 18/04
Estilo 07/04

contacto

servicios
Institucional


 domingo, 13 de mayo de 2007  
Trasfondo del juicio a un acusado por venta de drogas
Roberto Uzin está imputado por comercializar cocaína en su parrilla de la zona oeste

Sergio M. Naymark / La Capital

"Yo me puedo bancar muchas cosas adentro de la cana, incluso el negocio del juego ilegal, pero si hay algo con lo que jamás voy a transar es con la droga y mucho menos con aquellos que trafican con el apoyo de la policía". La frase la dijo un alto oficial de la Unidad Regional II algunos días antes de que se concretara el allanamiento a la parrilla y rotisería El Puente, el local de avenida Pellegrini y Garzón del cual era propietario Roberto Juan Uzin, un ex cabo de la policía rosarina conocido como El Gordo, quien -según la acusación- reducía electrodomésticos robados y vendía estupefacientes bajo un paraguas montado por uniformados santafesinos y federales. La investigación y el operativo realizado en ese comercio en marzo de 2005 se está ventilando desde el jueves en el Tribunal Oral Federal número 1 que preside la jueza Laura Inés Cosidoy, la misma que en numerosas ocasiones denunció públicamente la connivencia entre policías y narcotraficantes en la ciudad y la que ahora parece ver cómo todas y cada una de sus acusaciones vuelven a manifestarse frente a su estrado.

Por el banquillo de los testigos ya pasaron efectivos de la policía santafesina y de la Gendarmería Nacional y para el martes se espera que siga el desfile de uniformados. Si hay algo que sobresale de los testimonios hasta ahora escuchados es la falta de memoria de la mayoría y, en ese orden, no deja de llamar la atención la sorpresa que manifestaron algunos uniformados por haber encontrado cocaína en el lugar allanado o el presunto desconocimiento de las actividades ilícitas que en la parrilla se realizaban.

Habrá que ver con el paso de las audiencias si las pruebas recolectadas durante la instrucción del proceso alcanzan a los magistrados para condenar a Uzin, pero si eso no ocurre, una vez más podría quedar en evidencia que en las fuerzas de seguridad muchos saben dónde y cómo funciona el negocio de la droga pero poco es lo que hacen para abortarlo.


Una interna
A comienzos de la semana pasada allegados a Uzin sostuvieron que el origen del allanamiento a la parrillita fue una interna entre la gente de la Agrupación de Unidades Especiales de la que Drogas Peligrosas no participó y dejaron en claro que sin embargo unos y otros sabían que si allanaban ese lugar iban a encontrar drogas

El mismo oficial que confesó a este diario que no negociaba con la droga, dijo hace dos años: "En Jefatura todos saben que El Gordo vende drogas y la Policía Federal tiene conocimiento porque allí siempre paran algunos de sus muchachos". Y parece que no estaba equivocado a la luz de lo que testimonió en el juicio el comandante principal de Gendarmería Nacional Carlos Driollet.

El uniformado dijo que según la investigación que él llevó adelante y que no pudo concluir porque "son delitos muy complejos y de difícil investigación", a El Puente llegaban asiduamente vehículos oficiales de Drogas Peligrosas de la Policía Federal y aludió a un cabo de esa repartición, identificado como Andrés Salvador Isaac, El Turco, que solía estar detrás del mostrador junto a Uzin.

Por delante de ese mostrador, confiaron conocedores del movimiento de la parrilla, se sentaban algunas noches Sandra Cabrera y Diego Parvluzyck. Ella era la dirigente de la Asociación de Mujeres Meretrices de la República Argentina (Ammar) que llegaba allí para cenar y comprar estupefacientes mucho antes de ser asesinada de un disparo en la cabeza. El, es el agente federal de Drogas que tuvo un romance con Cabrera y que fue acusado por el crimen.

Pero también otros comensales iban al local de Garzón y Pellegrini. "Todos conocíamos ese lugar. Allí se realizaban cenas interfuerzas de la que participaban la policía, la Federal e incluso Gendarmería, en las que se intercambiaba información vinculada a la droga o a otros procedimientos", confió un hombre que durante muchos años trabajó en la ex Dirección de Drogas Peligrosas de la provincia.


Delivery
Otro aspecto de la relación entre Uzin y la policía surgió durante la instrucción de la causa y fue tratada de explicar en la primera audiencia del juicio Se trata del intenso intercambio de llamados telefónicos hechos desde la seccional 14 ª por entonces a cargo del comisario Ernesto Evangelisti y que tenían injerencia en la zona

El ahora comisario principal sostuvo ante el Tribunal que esas llamadas tenían por finalidad encargar comida de delivery para los agentes de guardia en la dependencia de pasaje Marcos Paz y Provincias Unidas. Y un ex hombre de Drogas confió a LaCapital que "en oportunidad de realizarse una cena de camaradería interfuerzas en Casilda, la comida se llevó desde la parrilla de Uzin".


El allanamiento
Lo último que dijo hace dos años el alto oficial al que se hace referencia al inicio de la nota fue premonitorio de lo que se venía A mi no me importa quién caiga pero yo voy a terminar con ésto Quizás el procedimiento le dio la razón y por eso hoy Uzin está en el banquillo de los acusados Habrá que ver si del juicio surgen pedidos de investigación para la cadena de complicidades que parece haber protegido el negocio de El Gordo

Lo cierto es que durante aquel allanamiento ordenado por el juzgado de Instrucción 11 con el fin de hallar un revólver robado en jurisdicción de la comisaría 19ª, línea investigativa que jamás se siguió, la policía encontró 300 gramos de cocaína de máxima pureza en sobrecitos preparados para su venta, una escopeta calibre 16 marca Centauro, una pistola automática calibre 7.65 sin numeración, con cargador y cartuchos, una pistola automática del mismo calibre con cargador y sin registro. También frente a los ojos de los efectivos aparecieron 60 cartuchos calibre 32, ocho municiones de escopeta y ocho cartuchos calibre 22. l
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Uzin, el acusado, había sido cabo de policía.

Notas Relacionadas
En casa

Yo me bajo en la esquina



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados