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 miércoles, 25 de abril de 2007  
"Es peor que la cárcel de Coronda"
Verifican áreas inundadas con aguas servidas. En lugares los adolescentes carecen de inodoro

"Las condiciones actuales del Irar son antagónicas con un sistema de rehabilitación para jóvenes. Es un lugar que, además de las falencias edilicias, tiene un régimen carcelario". Esa fue las principal conclusión a la que llegaron los integrantes de la Comisión de Derechos y Garantías de la Legislatura luego de visitar las instalaciones de Saavedra y Cullen. Los legisladores escucharon de boca de los propios menores la crisis de funcionamiento que acarrea el decrépito edificio y también examinaron el sitio donde el miércoles pasado se prendió fuego Néstor S. el pibe de 16 años implicado en la causa del crimen de Luciano Drovandi.

"Además de los problemas estructurales no hay continuidad de programas que busquen la reinserción de estos chicos. Muy pocos están escolarizados y ya no se dictan talleres. Las actividades físicas o recreativas son nulas y la mayoría ni siquiera tiene acceso a recreos al aire libre. Aquí se mantiene un régimen carcelario que van en contra de todas las leyes que protegen al menor. Es peor que la cárcel de Coronda" , remarcaron.


La inspección
Los diputados provinciales Alicia Gutiérrez Raúl Lamberto y Mónica Peralta pudieron concretar ayer lo que habían intentado la semana pasada cuando las autoridades del instituto les impidieron el paso para realizar una inspección Durante la recorrida de la que participaron periodistas los legisladores pudieron dialogar con la mayoría de los 29 chicos alojados en ese lugar donde la semana pasada un adolescente murió quemado en una dramática protesta

Con relación a ese trágico episodio, agentes de la Brigada de Homicidios se presentaron casi en forma simultánea a la presencia de los diputados para secuestrar el libro de guardia y el listado de empleados del Irar que estuvo de guardia la noche en que Néstor S, Chanchín, al parecer se prendió fuego. La medida de aseguramiento de pruebas fue solicitada por el juez de Menores Juan Leandro Artigas. (ver página 34)

"Fue horrible. A ese pibe lo conocíamos bien", dijeron casi al unísono dos habitantes del sector A, donde Chanchín estaba confinado. Mientras los legisladores iban y venían por el interior del instituto, los compañeros del pibe fallecido estaban concentrados en tareas de limpieza. "A Chanchín lo trajeron a la noche, pero cuando ocurrió todo estábamos engomados (encerrados) en las celdas. Lo escuchamos gritar y sentimos olor a humo. El pibe gritaba como loco. Después vimos cómo se lo llevaban los celadores", agregaron, con una radio atronando a todo volumen.


Pocilga
Muy cerca de allí se encontraba la habitación eufemismo con el cual las autoridades del Irar llaman a una celda donde el chico acusado por el crimen de Drovandi encontró la muerte Paredes y piso renegridos y restos de colchón y frazadas calcinados eran las huellas que a casi una semana del episodio permanecían en el lugar

El sector más crítico del Irar es el denominado Admisión, que aloja a cuatro chicos que -según las autoridades- tienen problemas de convivencia en otros lugares del instituto. Allí el hedor es insoportable. Los menores deben orinar y defecar en bidones y en bandejitas de plástico. Comen prácticamente en el piso, húmedo o mojado. Además no hay luz natural y la única iluminación proviene de un tubo fluorescente. Una situación igual de crítica se revela en el sector C, donde las aguas servidas afloran por el taponamiento de los baños. l
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Establecen que el chico muerto en el Irar no quiso inmolarse a lo bonzo



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