Toro sentado

Central: el pase de Acuña está trabado en La Coruña

Gustavo Conti / Ovación

Gorosito tiene todo listo pero la casa no está en total orden. Claro que no por su culpa. Si bien ayer Central levantó sus inhibiciones y solucionó uno de los problemas más grandes que lo aquejaban, para que pueda usar a dos de sus tres refuerzos (el tercero está lesionado) espera cruzando los dedos que lleguen los transfer de Leonel Ríos y Roberto Acuña. El del Toti puede retrasarse porque el contrato se firmó tarde y el del Toro está trabado por el complicado conflicto que tiene con el todavía dueño de los derechos deportivos, Deportivo La Coruña.

Central firmó el contrato con Ríos recién el martes último, luego de que el jugador presionara. Una vez cumplimentado ese trámite, se llevaron los papeles a la AFA y ese mismo día salió el pedido para la Federación Italiana, aunque recién lo recibió el miércoles por la diferencia horaria.

A partir de allí, la federación del calcio debió mandar el pedido a Genoa, dueño del pase de Ríos, y una vez que ese club dé el okey, se envía el transfer a la AFA. El ida y vuelta burocrático suele demorar no menos de 72 horas, así que es dificultoso que llegue a tiempo para que el Toti juegue con Belgrano. Igual, en estos casos las asociaciones hacen horas extras y hasta el mismo sábado se puede recibir la habilitación.

Así y todo, por el volante derecho existe mayor optimismo que por el volante central. La situación de Acuña es realmente compleja y existe un pesimismo fundado para que Deportivo La Coruña envíe el transfer.

Es que Acuña tiene tres demandas contra el Depor no resueltas y pese a que dijo que es jugador libre, su mismo abogado, Miguel Juane, en uno de los reclamos judiciales presentados el 12 de diciembre último, especificó que La Coruña no le pagó el contrato ni le concedió la licencia profesional.

El caso tiene varias aristas. El paraguayo fue despedido a principios de octubre de 2006 (en la liga 2005/06 apenas jugó 41 minutos) con el argumento de "ineptitud sobrevenida", que en criollo significaba que no estaba en condiciones de jugar. De ese despido se toma Acuña para decir que tiene la libertad de acción.

Antes de esa fecha, el Toro ya había pedido rescisión del contrato (que vence el 30 de junio de 2007) porque no cobró sus salarios. La Coruña le habría ofertado entonces pagarle un porcentaje del mismo, pero el paraguayo lo rechazó, recibió el despido, con lo cual el club sólo quería pagarle hasta allí, y fue hasta las últimas consecuencias, interponiéndole tres demandas: por despido improcedente, por cobro de ficha anual y por dañar sus derechos de imagen.

Todo entró en el Juzgado en lo Social número 2 de La Coruña el 12 de diciembre y aún no hay resolución. Es más, hay vista de la causa para el lunes próximo, por lo que la situación se retrotrajo a antes del despido. En consecuencia, Acuña seguiría perteneciendo al club de Galicia.

Parece claro que La Coruña no le dará el pase libre, a menos que haya un acuerdo, que hoy sería muy difícil. Además, el abogado de Acuña reclamó la totalidad del contrato, hasta junio de 2007, por lo que ese sería otro argumento de la entidad gallega para no otorgarle la habilitación.

A diferencia del caso Ríos, Central pidió dos veces el transfer de Acuña con la antelación suficiente y aún no hay respuestas. Ese es otro indicio de que será muy difícil que el paraguayo debute con la camiseta auriazul.

Acuña tiene cara de procupación. A su lado, Calgaro espera por si no habilitan al Toro para sustituirlo.