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 domingo, 28 de enero de 2007  
Consejos útiles de especialistas y vendedoras expertas

Es fácil distinguir a una mujer casada de una soltera o de una amante. La que está en pareja desde hace años compra apurada, no pide lencería sexy ni colores. Las otras, en cambio, se toman todo el tiempo para medirse y buscan transparencias y cola less”, comenta Adriana, vendedora en una casa de ropa íntima para mujeres. El diagnóstico que la experiencia le brinda a Adriana no está nada alejado de lo que ven los especialistas en el consultorio, o de lo que las amigas escuchan cuando se juntan a tomar un cafecito: las damas que tienen años de convivencia con su esposo no le prestan atención a los detalles a la hora de tener relaciones íntimas

Nelly, que tiene un local en Echesortu desde hace 20 años coincide: “Las chicas de 18 años son muy lanzadas, atrevidas, no se conforman con lo primero que uno les muestra, pero las que se casaron, así tengan apenas 30 años de edad, ya te piden corpiños bien cómodos aunque sean aburridos y bombachas dos talles más grandes de lo que les corresponde”.

El médico sexólogo Juan Carlos de la Vega apunta a la falta de creatividad a la hora del sexo y afirma que aún en el siglo XXI tanto la mujer como el hombre tienen demasiados prejuicios. “Hay señores que vienen al consultorio y cuando uno los interroga sobre ciertas prácticas amorosas te dicen sorprendidos: “”No, de ninguna manera, eso con mi mujer ni loco””. Y agrega: “Tal vez, lo que la señora está esperando es justamente esa invitación a un encuentro distinto, divertido, fuera de lo convencional, porque ella no se anima a plantearlo”.

El profesional señala que “hay que atreverse porque dentro de la pareja está todo permitido, no hay cuestiones normales o anormales cuando dos seres humanos adultos a los que los une el amor están de acuerdo”.

De la Vega dice con cierta picardía: “Si una mujer espera al marido con un conjunto de ropa interior rojo, medias de red y tacos alto, yo le aseguro que tiene ganado el afecto y la admiración de su compañero por un largo tiempo”.


El escenario
Hacer el amor en el cuarto en el que se duerme todos los días, a la hora de siempre —cuando los chicos se fueron a dormir—, y cuando el cansancio es tan fuerte que uno apenas tiene ganas de hablar, no suele invitar a la pasión desenfrenada. “El escenario también es importante. Dedicar energías para crear un ambiente sensible al tacto, con sábanas de raso, con luces que relajan y erotizan la mente es muy aconsejable”, dice la sexóloga Cristina Granero.

La especialista agrega: “Innovar, probar otras piezas del mobiliario, distintos sillones (una paciente mía recuerda con cariño el lavatorio) puede ser muy estimulante”.

El aroma y la ropa son condimentos indispensables para generar un encuentro atractivo e inolvidable. “Para muchas mujeres la higiene es un elemento importante y es recomendable apelar a los jabones bien aromáticos, talco, colonias, aceites. Hay muchos productos sensuales al alcance de la mano”, puntualiza Granero.

A las damas también las seduce que su hombre las sorprenda comprándose un nuevo perfume o estrenando un boxer nuevo, juvenil y sensual.

Pero hay para todos los gustos. De la Vega ofrece otra observación: “El sudor propio del hombre o de la mujer puede ser muy excitantes. Hay quienes gustan de oler al otro con sus aromas particulares”.


Vestidas para el amor
Respecto del vestuario, Granero afirma que para algunos es más excitante tener algo puesto que estar totalmente desnudos: “Una bata, ropa interior sexy, la combinación de colores, las transparencias, los escotes, una plumita... siempre que hay un toque de picardía se puede generar un placer especial”.

Nelly, la vendedora de Echesortu, ofrece un consejo que dista de ser profesional pero que puede tener sus efectos: “Le digo a las mujeres que tiren toda la ropa interior rota y gastada porque trae mala suerte al matrimonio. El cajón de la lencería es el reflejo del ánimo, así que a revisar y a renovar”.




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