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 sábado, 24 de junio de 2006  
"Estados Unidos es una aspiradora que absorbe personal calificado de todas partes"
Un científico rosarino, que se perfeccionó en el exterior, considera que se deben crear condiciones para retener a los investigadores que forma el país

Guillermo Labadie es doctor en química egresado de la Universidad Nacional de Rosario. Pero hace 5 años partió a perfeccionar sus estudios de posgrado en instituciones de Estados Unidos, en donde se desempeñó como investigador posdoctoral.

Viaje que con el paso del tiempo transformó a este joven científico rosarino de 37 años, al menos por algunos años, en uno de los miles de investigadores argentinos que residen en el exterior.

"Mi caso no es muy distinto al de otros investigadores que después de terminar sus estudios viajan al exterior para seguir perfeccionándose, pero luego ese paso termina siendo en muchos casos una salida definitiva para algunos que van a estudiar afuera y no regresan", explica Labadie. El joven es uno de los científicos que en agosto del año pasado fue "repatriado" por el Programa Raíces del Ministerio de Educación de la Nación, que se propone ayudar a retornar al país a los 6 mil científicos que, se estima, están dispersos por el mundo.

Actualmente, Guillermo Labadie trabaja en el Instituto de Química Orgánica y de Síntesis (Iquios), perteneciente a la UNR, donde ingresó como investigador asistente del Conicet. "En los últimos años se ven camadas de científicos que provocan un éxodo, pero que en muchos casos no les es sencillo volver", señala el investigador rosarino, quien destacaque "incluso tengo compañeros que tenían la voluntad de volver pero como en su momento el Conicet no tenía cargos disponibles, terminaron quedándose".

En este sentido, Labadie considera fundamental diferenciar a aquellos que emigran a otros países para quedarse allí, que "ni que les ofrezcas el oro y el moro vuelven" -apunta-, de aquellos otros que se perfeccionan en el extranjero pero que después no pueden regresar, por lo que terminan prolongando su estadía hasta que se quedan afuera.

"En mi caso, la idea original fue siempre viajar para perfeccionarme y luego volver a trabajar acá. Pero en el medio, el retorno no fue sencillo, por cuestiones familiares y porque aquí tampoco había un horizonte promisorio en el Conicet", apunta el investigador, quien viajó a Estados Unidos en 2001 dejando en el país a su mujer y sus hijos. "Mi mujer estaba en ese momento completando su doctorado, pero al tiempo pude llevarme mis hijos conmigo y, después de defender su tesis, también viajó mi esposa", agrega el científico rosarino.

Al pedirle que compare cómo es la investigación de uno y otro país, Labadie dice que es imposible hacerlo, ya que la diferencia es grande, tanto por la disponibilidad de recursos como por el esquema científico del país del Norte. "Pero eso no quita que desde acá uno no pueda hacer cosas competitivas, de calidad. El tema en realidad es que hay una demanda notoria en Estados Unidos de mano de obra especializada, altamente capacitada, que en este momento no alcanza para abastecer la demanda, pero eso no sólo pasa con investigadores de la Argentina, sino de otros países de Latinoamérica e incluso de la India", comenta Labadie con respecto a la fuga de cerebros hacia el exterior.

"Estados Unidos es una aspiradora que absorbe personal calificado de todas partes del mundo", dice el investigador rosarino, y considera que en contrapartida a ello en la Argentina se ha dilapidado dinero en formar profesionales que después el país no puede retener.

"Yo soy fruto de la educación pública, desde la primaria, pasando por la secundaria y por la universidad, hasta ser investigador del Conicet. Toda mi formación fue, de alguna manera, financiada por el Estado, por lo que sentía y siento la necesidad de devolverle al país lo que invirtió, pero también es cierto que en muchos casos después no se generan las formas necesarias para retener a los profesionales que se forma", dice con respecto a la emigración de talentos del país, y agrega que "no hay que hacerse tampoco la idea de que todos los que se van son genios o futuros premios Nobel, pero sí se está perdiendo gente con muy alta calificación necesarias para el país".
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Labadie es uno de los científicos repatriados por el programa Raíces del Ministerio de Educación de la Nación.

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