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 miércoles, 12 de abril de 2006  
Batalla en la ruta. Un chofer que guiaba a barrabravas de Central cuenta la refriega en el peaje de General Lagos
"Hubo peleas cuerpo a cuerpo y muchos disparos"
Aduce que los hinchas canallas pidieron rápido paso a la policía para evitar a los de Boca. "Y no hubo caso"

Leo Graciarena / La Capital

"No fue una emboscada. Fue algo que la policía pudo haber evitado si no nos hubieran parado a la salida del peaje". Para Ricardo T., chofer de uno de los micros que trasladaba a barrabravas de Rosario Central que enfrentaron a los de Boca Juniors el domingo a la medianoche en el peaje de General Lagos, el incidente tiene un responsable: la policía santafesina. El conductor explicó que los dos colectivos con hinchas de Central llegaron al peaje y fueron retenidos por la caminera. "Dos hinchas bajaron para pedirles que nos dejaran seguir, porque sabíamos que se venían los de Boca, pero mientras estaban hablando llegaron ellos en tres colectivos", explicó. "Todo duró cinco minutos de confusión donde hubo pelea cuerpo a cuerpo y muchos disparos", rememoró. La batalla campal terminó con 16 heridos, cinco de bala. De los 121 detenidos el lunes, sólo uno quedó en el calabozo de la seccional 5ª.

Ricardo tiene 47 años, es chofer de colectivos y desde hace varios años trabaja llevando a los hinchas de Central y Newell's cuando juegan de visitante. "Los pibes eran bastante tranquilos y en el micro se portaron bien", explicó el morrudo chofer que vive en la zona sur. Ricardo cuenta con lujo de detalles su vivencia del domingo. Durante la semana previa al partido con Banfield, había llevado hinchas canallas hasta Asunción del Paraguay, cuando los auriazules jugaron con Cerro Porteño. De ese viaje surgió la mano para el periplo hasta la cancha del Taladro.

"Los pibes que me contrataron salieron con otros dos micros de Sorrento y Casiano Casas el domingo por la mañana", comentó el conductor de un micro Scania de 49 asientos. Los hinchas se identificaban como de la barra de Pillín. Pero el viaje parecía mal predestinado. Antes de comenzar el partido en cancha de Banfield, varios hinchas canallas se trenzaron a las piñas en la tribuna. La policía debió intervenir y hubo 29 demorados.

"Estábamos a dos cuadras de la cancha comiendo cuando nos avisaron que nos estaban robando en el colectivo. Llegamos y nos enteramos de la pelea. Algunos, que venían en otro micro, entraron y robaron en mi colectivo", contó Ricardo. Central perdió y, según detalla el chofer, a las 17.45 estaban nuevamente en la ruta. "Había seis colectivos con hinchas de Central. Cuando terminó el partido uno quedó demorado en la comisaría de Banfield, tres salieron adelante mío y yo me quedé junto con el micro de la empresa Zíngaro. Ese es con el que llegamos al peaje de General Lagos".

La Policía Federal nos desvió por el camino del Buen Ayre y a las 18.41 pasaron por el primer peaje. "Nos retrasamos porque el micro Zíngaro se rompió dos veces. Ahí nos separamos del resto", comentó el conductor. Pero Ricardo seguía comunicado vía celular con los choferes de los tres micros que iban más adelante. "Entre Villa Constitución y Arroyo Seco (20 kilómetros) recibí tres llamados de los otros choferes. «Cabezón, ¿dónde estás? Ojo que te vas a encontrar con los de Boca». Es más, uno de los choferes que iba adelante me llamó a la altura de Arroyo: «Recién cruzamos a los de Boca en la General Motors. ¿Dónde estás?»", rememoró. Y a los micros de Central les faltaban 7 kilómetros para el peaje y a los xeneizes 6. "Era fija que nos íbamos a cruzar", contó Ricardo.

Ricardo lleva en su billetera el ticket del peaje de General Lagos: Está emitido a las 23.23. "Llegué al peaje, pagué y pasé. Ahí nos esperaban dos móviles de la Patrulla de Caminos. Quedamos detenidos a unos 30 metros del peaje, sobre la banquina. Dos de los hinchas que iban en el micro se bajaron a hablar con la policía", explicó. A partir de ese momento, el tiempo se consumió rápidamente.

"Los pibes le decían a la policía: «Déjennos pasar que se vienen los de Boca». Pero no hubo caso. Todo pasó en un minuto. Mientras los muchachos hablaban con los uniformados, llegaron los tres micros de Boca", recordó. Los micros enfilaron hacia las cabinas y, como había varios autos con particulares en la fila, quedaron haciendo cola a la misma altura que los micros de Central, pero en la mano que va a Buenos Aires. "Los de Boca se habrán pensado que los hinchas de Central esperaban para pelearlos y, entre puteadas y piedrazos, se bajaron a pelear", contó Ricardo.

A partir de ese momento, fueron cinco minutos de terror. "Se escucharon varios disparos, no te puedo decir cuántos porque no estaba para contarlos. Varios pibes se bajaron a pelear y yo vi todo por el espejo retrovisor porque empecé a mover el micro. Y eso era lo que hacíamos todos los choferes", comentó. El del Zíngaro me esquivó y se fue. Yo puse primera y despacito empecé a manejar con la puerta abierta para que se subieran los pibes y no dejar a nadie abajo. Según los de Balística de la policía, mi ómnibus tenía ocho disparos en la parte de atrás y dos vidrios rotos", relató el chofer.

Ricardo no puede precisar de donde venían los disparos ni quienes empuñaban las armas. Pero si tiene claro que todo puede evitarse. "La policía sabía que venían los de Boca y que nos íbamos a cruzar. Acá no hubo emboscada. Es algo que pasó. Si fuera en otra ciudad, pensaría que la policía nos entregó para que nos cagaran a palos", remarcó. "Después de la pelea, los pibes me dijeron que había tres heridos y empezamos a ir hacia un hospital de Rosario. Primero pensé que los móviles policiales nos estaban escoltando, pero en Circunvalación a 500 metros de la subida a V. G. Gálvez, nos pararon", recordó. "Nos bajaron a todos y un policía bajó del colectivo y me dijo: «Gordo, estás hasta las manos. Esto está lleno de armas»", relató Ricardo. "Y yo sé de las armas porque me dijo la policía. No vi nada y no soy yo quien debe controlar si hay armas en el micro".


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En la 5ª había 121 hinchas de Central detenidos. Ayer quedaba uno.

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Gallina



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