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 jueves, 12 de enero de 2006  
Brutal arresto de un joven acusado de un arrebato

Un muchacho oriundo de República de Guinea, pequeño país del oeste de Africa y que se encuentra refugiado en Argentina desde hace un par de años, fue detenido el martes a la tarde acusado de intentar robarle un maletín al cura párroco de la Iglesia San Cayetano. El joven, según informó la policía, se resistió violentamente al arresto. En el alboroto, uno de los agentes que participó en el operativo terminó con una esguince en un dedo y el presunto ladrón recibió una brutal golpiza por parte de los uniformados, según contaron testigos a La Capital.

Todo comenzó poco después de las 15, en Buenos Aires al 2100, frente al templo católico. Allí, según fuentes de la Unidad Regional II, un sacerdote fue sorprendido por un hombre joven de raza negra que se abalanzó sobre el religioso e intentó robarle un maletín. Esa acción fue presenciada por efectivos del Comando Radioeléctrico que pasaban por allí, quienes de inmediato intervinieron.

"El muchacho se resistió violentamente con golpes de puño y puntapiés. En el forcejeo con los policías le rompió la remera a uno de los agentes y salió corriendo. Así comenzó una persecución hasta que fue alcanzado en San Martín, entre Viamonte y Riobamba, donde volvió a agarrarse a las piñas hasta que fue reducido", dijeron fuentes de la Unidad Regional II.

Según esa versión, el muchacho "se autoagredió" incluso cuando estaba dentro del patrullero con las esposas colocadas en las manos. Otra versión brindada a La Capital por un testigo casual del arresto sostenía que, cuando estaba tirado en el piso y ya indefenso, el presunto ladrón fue blanco de una despiadada golpiza de al menos cinco agentes tras la cual lo introdujeron en un móvil.


Sin armas, con pastillas
Las fuentes consultadas ayer admitieron que los uniformados tuvieron que hacer uso de la fuerza para controlar al muchacho, "que estaba sacado y tan exaltado como su estuviera falopeado". El sospechoso no estaba armado y lo único que llevaba consigo eran algunas pastillas Tafirol, una tableta de Diclofenac y un pomo de Retametazona.

Al ser conducido a la seccional 4ª se estableció que su nombre es Abdourahmame Camara, nacido en Guinea, al oeste de Africa. "Llegó como hace tres años en un barco. En Argentina tiene antecedentes por infracción a la ley de drogas y entre sus ropas encontramos un certificado de residencia precaria emitido por la Dirección de Migraciones en 2004", consignó un funcionario policial.

Abdourahmame recuperó la libertad porque el delito que se le imputa (tentativa de hurto y resistencia a la autoridad) es excarcelable. Según fuentes de la 4ª, donde se labran las actuaciones, el muchacho trabajó durante un tiempo en el puerto "hombreando hasta dos bolsas de azúcar a la vez" y vive en una pensión de Buenos Aires al 1700.
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