Recomiendan extremar los cuidados de los chicos cuando están en el agua

El accidente de una beba de 18 meses que cayó dentro de un balde en zona sudoeste reavivó la problemática

El accidente de una beba de 18 meses que el martes cayó en un balde de 20 litros lleno de agua y la dejó en "estado delicado" (ver aparte), reavivó una vez más la problemática sobre los juegos de los más chicos en el agua, que cada verano suele cobrarse víctimas fatales. El fin de semana pasado, y de acuerdo a datos suministrados por el Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies), las ambulancias de ese organismo acudieron a cuatro accidentes en piscinas: en uno de ellos un chiquito falleció en una pileta particular; en otro un pequeño quedó con graves secuelas; y en los restantes los dos niños se recuperaban favorablemente.

De acuerdo a datos que manejan tanto Unicef como la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), los accidentes conforman la principal causa de muerte en el país entre niños de uno a cuatro años. Y dentro de esa categoría, los que se producen en el agua, se ubican en tercer lugar.

Es a raíz de esto que desde la subcomisión de Prevención de Accidentes de la SAP remarcaron que "el agua constituye uno de los lugares más frecuentes de accidentes", y puntualizaron que "no se debe olvidar que unos pocos centímetros es todo lo que se necesita para que ocurra el incidente", por lo que la tragedia se puede desatar en bañaderas, piletas inflables o cualquier recipiente en el que se acumule agua.


Al borde de la tragedia
Precisamente esto último es lo que le sucedió a la beba que el martes fue encontrada por sus padres sumergida dentro de un balde de 20 litros en una casa de la zona sudoeste de la ciudad.

El accidente se produjo cuando los papás tomaban mate en la casa mientras escuchaban a su hijita Sabrina que jugaba en un patio trasero. Según destacó la policía, en un momento los padres dejaron de sentir ruidos y al buscar a la pequeña la encontraron sumergida en el balde.

Según revelaron desde la SAP, las estadísticas mundiales muestran que los dos grupos etáreos con mayor incidencia de accidentes serios en el agua son los preescolares (menores de 5 años) y los adolescentes (15 a 19 años).

Tanto desde la SAP como desde el Sies puntualizaron una serie de advertencias que los adultos deben tener en cuenta a la hora de llevar a los pequeños a una pileta. Entre ellas se destacan las siguientes:

u Supervisión visual constante: Los chicos deben ser observados permanentemente por un adulto que sepa nadar y tenga conocimientos de reanimación cardiopulmonar.

u No utilizar juguetes inflables ni colchonetas como salvavidas.

u Enseñar a los chicos reglas de seguridad dentro de la pileta: No correr, no empujar a otros al agua, no nadar solo ni durante tormentas o relámpagos, no sumergirse o bucear excepto cuando está permitido y supervisado por un adulto, no jugar en el borde de una pileta, pedir permiso y tener supervisión de un adulto antes de entrar en una piscina.

u La seguridad de las piletas: Deben estar totalmente cercadas y los cercos deben tener no menos de 1,50 metro de alto. Los barrotes que los forman deben estar separados por una distancia no mayor a diez centímetros.

u Recordar siempre: Cuando un chico desaparece de la vista de sus cuidadores, buscar siempre primero en las fuentes de agua (piletas, pozos) y asegurarse de que no esté allí. Cada segundo es de vital importancia para la recuperación de un ahogado.