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 domingo, 16 de octubre de 2005  
Muchas listas para tan pocos cargos en juego

De las 19 listas que se presentan a la consideración de los ciudadanos para las elecciones del domingo próximo, se podrían contar con los dedos de una mano aquellas que realmente tienen posibilidad de sentar algún diputado en las bancas del Congreso.

El Partido Justicialista, devenido ahora en Frente para la Victoria, y la alianza de radicales y socialistas, denominada Frente Progresista (a ambos los espanta la palabra alianza luego del fracaso del gobierno de Fernando de la Rúa), se llevarán casi todos los cargos en juego, nueve en total.

Los otros dos sectores que vienen peleando palmo a palmo para consagrar un legislador son el cavallerista Frente por la Justicia y el Progreso Social y el ARI, que en las últimas dos elecciones logró colocar un diputado nacional.

Roto el acuerdo entre Héctor Cavallero y el PJ, estos comicios serán una prueba donde el ex intendente deberá mostrar su verdadero caudal electoral en la provincia.

El ARI intentará volver a quedarse con una banca, y es por eso que Lilita Carrió bajó a distintos puntos de la bota santafesina para empujar a sus candidatos.

Detrás aparece el Frente Popular, que busca de la mano del histórico Luis Rubeo ("el más joven de los viejos y el más viejo de los jóvenes", como gusta definirse) devolverle el brillo y el imán que el menemismo supo tener. Vale recordar que Carlos Menem fue el candidato más votado en Santa Fe en las presidenciales del 2003, pero luego hubo una estampida de aquellos que lo acompañaban buscando el calor (y la jugosa billetera) del kirchnerismo.

López Murphy busca hacer pie en la provincia y armó una alianza con el ucedeísta Carlos Castellani -otrora aliado del PJ y defensor de las políticas menemistas- y un sector radical.

Un tanto devaluada luego de las luchas internas, la democracia progresista buscará recuperar los votos que fue perdiendo elección tras elección. Ya no será Alberto Natale su eterno candidato; ahora le toca el turno a Carlos Favario, aunque será muy difícil que pueda cambiar su bufete de la peatonal Córdoba por una banca en Diputados.

Párrafo aparte merecen los partidos de izquierda, que vociferan la necesidad de la unidad de los trabajadores pero se dividen cada vez que hay elecciones. Esta vez cuatro fuerzas irán en busca de los cada vez más escuálidos votos clasistas.

El Partido Obrero, Izquierda Unida, el Partido de los Trabajadores Socialistas y el Partido Humanista dividirán votos y mostraran la atomización de la izquierda, que la única vez que logró un escaño fue en Rosario cuando el Movimiento al Socialismo, liderado entonces por Luis Zamora, logró sentar en el Palacio Vasallo a Luis Cuello.

El domingo serán las urnas, en definitiva, las que darán su veredicto inapelable.
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