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 domingo, 16 de octubre de 2005  
Arriesgado. Insólita reacción de un técnico abordado por ladrones en las calles de Fisherton
Persiguió a sus asaltantes, se salvó de los balazos y los hizo detener
Un hombre de 65 años siguió en su auto a los ladrones que le arrebataron un maletín con herramientas. Los alcanzó y los hizo caer de la moto en la que huían. Le dispararon tres tiros que sólo dañaron el vehículo

Eduardo Caniglia / La Capital

Julio Lujambio tiene 65 años y según el mismo lo dice, ayer a la mañana sufrió el primer robo de su vida. Fue en el barrio de Fisherton. Y tuvo características muy particulares. El hombre persiguió con su auto a los dos muchachos que, a bordo de una moto robada, le arrebataron el maletín con herramientas creyendo que en el ataché había dinero. El acto justiciero casi le cuesta la vida a don Julio. Cuando ya había interceptado a los ladrones, uno de ellos abrió fuego y tres balazos perforaron la luneta trasera y el parabrisas de su vehículo. Lujambio se salvó de milagro: no lo rozó ningún proyectil. Poco después de que se contactara con un operador del Comando Radioeléctrico, la policía atrapó a los asaltantes.

Don Julio es técnico en refrigeración desde hace 25 años. Y hace 20 que llegó desde la provincia de Corrientes para tratar de asegurarse un mejor porvenir con su trabajo. Cuando faltaban cinco minutos para las 9 de ayer, llegó a una casa de Brassey al 8300 para reparar una heladera. No tuvo tiempo de tocar el timbre. Un muchacho que saltó de una moto Zanella Sol, guiada por un cómplice, lo encañonó con un arma y le arrebató el portafolios, un teléfono celular y los anteojos para sol.

Aunque sorprendido, Lujambio no pensó su reacción ni un minuto. Se subió al Ford Orion de color bordó con el que había llegado a la casa de Brassey al 8300 y salió tras los ladrones, que ya habían emprendido el escape. "Se fueron por Brassey y doblaron a la derecha", explicó a La Capital Lujambio con un acento correntino que todavía conserva.

Cuando los asaltantes ya habían recorrido seis cuadras, en el cruce de Génova y Sánchez de Loria, el técnico divisó a la moto. En contados segundos, alcanzó a los ladrones. "Me animé a interceptarlos porque había varios vecinos en la calle. Los rocé con el auto y los tipos se cayeron al suelo. Yo continué la marcha hasta la esquina siguiente", recordó.

En ese momento, tres detonaciones de un arma de fuego y el estallido de la luneta trasera lo estremecieron en la butaca del conductor. Dice que la sensación que experimentó fue como la de "un relámpago". Las balas atravesaron el habitáculo del auto y el parabrisas también quedó hecho añicos. Quien disparó con un revólver calibre 32 era un muchacho que tenía un "buzo clarito". Al parecer, el atacante se incorporó tras la caída de la moto provocada por don Julio y abrió fuego,

Ningún proyectil alcanzó a Lujambio, por lo que recorrió una cuadra más con su auto. Luego dobló y se detuvo a ver si aún estaban los ladrones. "Los tipos se subieron a la moto, pero se volvieron a caer. Se subieron de nuevo y partieron hacia el oeste", explicó el técnico.

Lujambio no se dio por vencido. Regresó a la esquina de Génova y Sánchez de Loria y se contactó con algunos vecinos. Uno de ellos se subió al Ford Orion y junto al técnico y fueron a buscar a una patrulla del Comando Radioeléctrico. Recorrieron dos cuadras por Génova y encontraron a un móvil de esa fuerza de calle. Entonces denunciaron el atraco.

"Llegamos con la policía hasta una villa y allí nos alejamos porque la policía se encargó de detenerlos", comentó Julio. A los ladrones, los uniformados lo atraparon en una vivienda ubicada en el asentamiento precario de Maradona al 800 bis. "Los tipos se metieron en un casa y allí lo detuvieron", explicó una fuente policial.

El mediodía de ayer, el Ford Orion estaba estacionado frente a la comisaría 17ª. La luneta estaba literalmente destrozada. Y había restos de vidrio esparcidos por el asiento trasero. A unos pocos metros, Lujambio explicaba el suceso a los movileros de televisión. En esas circunstancias, una chica veinteañera llegó a la seccional 17ª y le preguntó a don Julio que había ocurrido con el auto. "Me robaron dos tipos que iban en una moto y me tiraron", respondió el hombre.

Entonces, la joven explicó los motivos de su consulta. "Yo soy la dueña de la moto", dijo sorprendiendo a su interlocutor. Después comentó que la Zanella Sol se la habían robado el lunes pasado de una cochera de avenida de Circunvalación y Chubut. "Forzaron el portón y se llevaron la moto", explicó Betiana, la propietaria del vehículo.

Los policías hallaron el maletín con las herramientas, aunque no aparecieron, según dijo Lujambio, el teléfono celular y los anteojos. Los dos ladrones quedaron detenidos en la comisaría 17ª. Uno de ellos fue identificado como Cristian H., de 19 años. El otro maleante apresado es un adolescente de 16 años.
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Julio Lujambio junto a la dueña de la moto que usaban los ladrones mira cómo quedó la luneta de su auto tras los balazos.

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